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Arrecife; semáforo apagado: Peligro

Por Lorenzo Lemaur Santana

 

La fuente de las mariposas

 

A casi nadie sorprende ya que los semáforos en Arrecife estén sin funcionar. Son múltiples los cruces y esquinas en los que casi a diario se producen accidentes, afortunadamente sin mayores daños personales. Si materiales, por el contrario. Un taxista me comentaba hace unas semanas que un compañero había tenido que cambiar recientemente de vehículo porque en el cruce en Titerroy entre las calles Dr. Severo Ochoa y Dr. Juan Negrín (donde el centro de salud) fue embestido por otro coche con resultado de siniestro total. Situación que le tuvo varios días sin poder trabajar, y en consecuencia, al ser autónomo, sin ingresar ni un euro, y si pagando seguro autónomo, y gastos de su asalariado. Otros cruces con accidentes casi cada semana son el de Tinache con José Pereyra (cruce de Cruz Díaz en Titerroy) o La Inés con Coronel Benz, que ha cobrado mucho más tráfico por el cierre de la Avenida. Y nada, que el Ayuntamiento no lo toma medidas.

 

Hasta aquí, casi que no sorprende a nadie en Arrecife. Cosa distinta es que cabree a los vecinos y visitantes, que sí que cabrea, y mucho. Lo peor, y que ya ponía de manifiesto el mes pasado, es que ya estamos asumiendo que la situación no tiene solución a la vista.

 

Yo que ando mucho en taxi, el otro día hablaba con otro taxista, con mucho mundo recorrido y mucho criterio, a mi juicio, que indignado a la vez que resignado me decía lo que ya muchos vemos: que la situación de Arrecife no tiene solución a la vista. El amigo Pepe acertaba a ver que ninguno de los partidos políticos tiene liderazgo, ni cuadros, ni programa, ni discurso que ofrezca la menor garantía de que las cosas puedan cambiar en la ciudad después de las próximas elecciones locales de 2019.

 

Creo que coincidiremos en que Arrecife está muy necesitada de algo similar a lo que ocurrió en Las Palmas de Gran Canaria en 1995, cuando después de inestabilidades y gobiernos time sharing concedió una mayoría absoluta al PP de José Manuel Soria, que venía de haberse quedado con una sola concejal, después de haber hecho limpieza. Todos, hasta los detractores de Soria, coinciden en que en sus ocho años de alcaldía Las Palmas cambió radicalmente, a mejor.

 

Pero, ¿dónde está ese líder potente? Por ahora nadie alcanza a verlo. Y, lo que es peor, tampoco se observa organización alguna capaz de crear un equipo acorte a estás necesidades del, lamentablemente, patito feo de la isla. Más aún, ¿cree alguien que eso importe a PSOE, PP, CC y demás partidos políticos? No. Rotundamente, no. Están más preocupados y ocupados en otras cosas. Y es eso, precisamente, lo que cabrea, y mucho, a la gente y le lleva a desconfiar, por defecto, de todos los políticos.

 

Hace algunos años conocí el término resiliencia (capacidad de adaptación de un ser vivo (o una sociedad) frente a un agente perturbados o un estado o situación adversos). Esa facultad del ser humano, por un lado está bien, porque que lleva a evitar sufrir y sobrevivir ante cualquier circunstancia, por penosa que sea, como la que vivimos en Arrecife. Por otro lado, es un peligro (como el de los semáforos), porque nos acostumbramos, nos acomodamos, y obviamos ejercer nuestro derecho a combatir lo que, en este caso, una clase dirigente mediocre y acomodada nos impone, cierto que sin darse cuenta. De ahí lo de mediocre.

 

P.D.: A quienes les pueda cabrear que escriba esto les digo que lo hago precisamente para eso, aunque que sé que ni mucho que les va a importar.

 

 

 

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