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Ástrid quiere Arrecife

Por Manuel García Déniz

 

 

Ahora, en estos momentos, cuando empiezo a escribir este artículo, todo apunta a que Astrid Pérez, la presidenta del PP de Lanzarote, formalice su candidatura para optar a la alcaldía de Arrecife en las próximas elecciones de Mayo de 2015. Y me parece que es una buena noticia para los afiliados del PP y para los vecinos de Arrecife.

 

Ástrid es una mujer despierta, divertida, entusiasta, todavía joven pero lo suficientemente preparada y experimentada para llevar al Ayuntamiento de Arrecife un poco de cordura. Es verdad que es del PP del Rajoy recortador de derechos y del Soria amigo de Repsol, pero encontrar a un político, a un hombre o una mujer sin algún defectillo es cosa difícil en estos tiempos de virachaquetas, aprovechados, insulsos y caraduras.

 

Que Ástrid se atreva a bajar a la arena y fajarse abandonando por momentos el olimpo de las vacas sagradas de la política insular dice mucho de su liderazgo en el PP y de su sacrificio por evitar que su partido siga el camino del PIL y se quede a la altura de Podemos o Alternativa Ciudadana, muy lejos del puesto que ocupa ahora y más lejos todavía de CC y PSOE. Sé que Ástrid afronta este reto porque cree que Arrecife es recuperable y porque sabe que no hay otra alternativa para salvar al PP de una quema irreversible. Y lo va a intentar, aun a riesgo de morir políticamente en el intento. Sabe que no es tarea fácil y que exponerse de esta manera es arriesgarse a perder. Pero también sabe como nadie que sin riesgo no hay premio en política, o por lo menos no hay un premio del agrado del PP que ella quiere que haya en Lanzarote.

 

Ástrid sabe que no le cabe más opción que ganar, que sacar más votos y meter más concejales que nadie en la corporación municipal. Ser la más votada, le salvará de la quema, pero no será sino el primer paso de su estrategia perfectamente diseñada. Tiene, además, que construir a partir de ahí una estrategia que le permita ser la alcaldesa de Arrecife y que el mismo pacto deje a los suyos gobernando, como mínimo, también, en el Cabildo, donde su enemigo personal, Pedro San Ginés, tiene todas las papeletas para ser el más votado, si no hace aguas en estos días y queda herido por el canal y sus recientes fontanerías investigadas. Quiere que su lista del Cabildo se abra como una bisagra para cualquier pacto que ella pueda cerrar en el Ayuntamiento y que no se desplome, aunque presume que será imposible mantener los actuales seis consejeros.

 

Ástrid le saca una cabeza, en cuanto a experiencia y perfil político, a los restantes candidatos a la alcaldía de Arrecife ya conocidos. Tiene talla política para que los ciudadanos la puedan ver como alcaldesa, después de su experiencia de consejera de Hacienda, de los Centros Turísticos y otras áreas del Cabildo de Lanzarote. Además, es abogada experimentada, que le vendrá bien para nada y guardar la ropa en un Ayuntamiento vigilado e investigado de forma permanente desde el Palacio de Justicia. Es, también, consciente de sus limitaciones y de las necesidades del Ayuntamiento, por lo que hará una lista de personas capaces y capacitadas, donde mezclará perfiles políticos y técnicos para garantizar que si gobierna no fracase después en el día a día.

 

Aún con todo, Ástrid tiene el defecto que es de derechas pero la ventaja que los restantes candidatos o tampoco tienen pedigrí de izquierda o les falta la experiencia y perfil que les haga candidatos mayoritariamente apetecibles.

 

Ástrid, desde el mismo momento que haga pública su intención de optar a la alcaldía de Arrecife, será la candidata a batir porque en esa intención se esconde la salvación del PP en Lanzarote.

 

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