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Bellas por sus acciones


Por Alex Solar

 


El anuncio, publicado en distintas redes sociales por un personaje apodado “Julio el Feroz”, decía textualmente : “Buscamos chicas + 18 años, guapas, con buen físico, mucha experiencia poniendo copas, simpáticas con la gente , responsables y solteras, no queremos rollos ni novios enfermos celosos esperándolas a las 5 en la puerta para llevarlas a casa y muxo menos en la barra controlándola, de ser así no trabajaría más y buscaríamos otra nueva, el que avisa no es traidor, esas son las condiciones, son fáciles y claras, si a alguna no le gustan que no haga el casting y no nos haga perder el tiempo , obligatorio trabajar con tacones o plataformas, interesadas me hablan en privado, gracias”. La noticia es de junio de este año y la oferta de trabajo era para un pub de Benidorm regentado por este ex boxeador participante en una edición de “GH”. Ante esta información, el responsable del servicio de empleo provincial Enric Nomdedéu, reaccionó manifestando su preocupación por la proliferación de anuncios sexistas en las redes, agregando que “mientras estos anuncios no sean oficiales y no intenten registrarse en el SERVEF (el INEM valenciano) tenemos una grave dificultad a la hora de actuar”. Lo que sí se hace es trabajar con el Observatorio de la Igualdad de Género para “denunciarlos y perseguir este tipo de actitudes absolutamente inaceptables”.


Muchos de los que se encuentran inscritos en el servicio de empleo reciben periódicamente “alarmas” provenientes de ese organismo, además de estar en una búsqueda activa de trabajo. Y se encuentran , los más jóvenes, con que para cualquier plaza, por ejemplo la de camarero o contable, exigen uno o dos años de experiencia. Los servicios domésticos , peor pagados, no requieren más que dejarse explotar intensivamente por un salario que no compensa jornadas intensivas en las que hay que ocuparse de ancianos, niños, planchado, aseo, cocina, etc. Todo por 500 o 700 euros, en el mejor de los casos. A veces , en el boca a boca, es menos y por supuesto nada de altas en la S.S.


Resulta difícil entender los criterios de ciertos empleadores. ¿Es mejor un trabajador /a cuando lleva más tiempo en el oficio? Según mi experiencia, la antigüedad podría significar que el trabajador ha sabido “adaptarse” o al menor esfuerzo o a la adulación al jefe o encargado , o que su tarea la hace rutinariamente, sin interés ni destreza. El ambiente laboral, en mi larga experiencia en las empresas públicas o privadas de este país, no es de los mejores.


Para acceder al mercado de trabajo , como hemos visto, también se exige belleza, y sorprendentemente, algunos ven una persecución “feminista”o “igualitarista” en la denuncia a los anuncios discriminatorios . Se basan en las teorías de unos economistas americanos para justificar que los guapos/as ganen más dinero. En realidad, (http://harvardmagazine.com/2006/11/the-beauty-bounty-html)Mobius y Rosenblat en el estudio citado constatan solamente la dolorosa discriminación existente y la estulticia de los empleadores que se dejan llevar por las apariencias, que como se sabe, a menudo engañan. Los investigadores tras el experimento, en Argentina, con estudiantes que hacían de empleadores y otros de aspirantes, no concluyen que la productividad se refleje en un rostro más o menos agraciado, solo les confieren un cierto desplante o autosuficiencia producto de ese “plus” con el que vinieron al mundo. Lo lógico y lo justo, concluyen , sería que evitáramos los estereotipos y recordáramos lo que dice el adagio: “Handsome is as handsome does”, que significa que “una persona es bella por sus actos”. El que es guapo es guapo, nada más. Y punto.

 


Espero que los lectores sepan “discriminar” entre los comunicadores sexistas y partidarios de la igualdad, entre reaccionarios y progresistas y no nos juzguen por nuestra bonita cara. Si no, estaríamos perdidos.

 

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