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Crónica de una “quiebra” anunciada

Por Antonio Coll



La nueva alcaldesa de Arrecife, Ástrid Pérez, ha tenido la valentía de decir la verdad. El Interventor le ha manifestado que la situación del Ayuntamiento de Arrecife, es similar a una “quiebra”,  encubierta por los grupos de gobierno de anteriores legislaturas. Yo mismo, en múltiples artículos, ya anunciaba y advertía del destino demoledor de las arcas públicas de la institución capitalina.  Ahora son declaraciones oficiales y no de rumores o “informaciones partidistas” como algunos políticos o personas interesadas, me achacaban.  La hemeroteca de Lancelot me avala de lo que digo.

 

Ástrid Pérez, en rueda de prensa, entre otras cuestiones, refleja la realidad: "Yo voy a decir unas palabras que son del interventor, espero que no se ofenda, cuando le pregunté: ¿Si el barco está hundido?, me dijo SÍ… Sólo le queda la banderita del mástil que dice que aquí hay algo. Nosotros no vamos a poder reflotar un Ayuntamiento que lleva 10 años hundido. No lo vamos a poder hacer ni en un mes ni en dos ni en tres meses ni en un año"…

 

En Octubre, la alcaldesa espera el informe del Interventor para saber con más detalle la deuda, por ahora lo pocos datos que tiene se asegura que la deuda puede rondar en más de 47 millones de euros, sin contar lo que se debe a proveedores y posibles sentencias judiciales. Una de la más importante está en el Islote del Francés, solo pendiente de la decisión judicial. En principio lo que se ha detectado que el Ayuntamiento tiene más gastos que ingresos y esto se tiene que corregir. A pesar de que el consistorio cuenta con más de 400 empleados públicos, el problema está  en la organización estructural del personal, para ello ha solicitado un informe a Recursos Humanos.

 

¿Se ha convertido el Ayuntamiento de Arrecife en una trampa sin salida? Su trayectoria, al menos en las dos últimas décadas, con algunas excepciones,  ha permanecido rodeada de inestabilidades políticas;  planes de ordenación urbana, aprobados y, seguidamente, tumbados; planes de barrios inacabados; parques desatendidos y sin sombras; un plan de tráfico catastrófico; vías sin re asfaltar, cuando se encuentran en un estado lamentable; aceras deterioradas; muchas zonas con poca o ninguna iluminación; insuficientes recipientes para los residuos y basura; una marina excepcional poca aprovechada para que los visitantes puedan disfrutar. En definitiva, un caos de ciudad,   con pocas zonas de aparcamientos públicos y un comercio, sobre todo la zona centro,  que paulatinamente,  han ido perdiendo clientes ya que acuden a la periferia y fuera del municipio porque son lugares más atractivos y cómodos. Una zona privilegiada como la Avenida de Naos hasta el Castillo de San José, totalmente abandonada, con salinas en ruinas y el perímetro del puerto pesquero con barrotes de hormigón que impiden contemplar el mar y el puerto deportivo. El Islote del Francés, un espacio privilegiado de la capital, pero incomprensiblemente, rechazado todos los proyectos sostenibles que los propietarios, legislatura tras legislatura, presentaban a los grupos de gobierno municipal, con inversiones millonarias.  Ante todo lo expuesto, muy resumido, cómo podemos pensar el cambio y la transformación de la ciudad,  si después de 15 años o más, se ha seguido con una política de parálisis total, sin ningún pragmatismo y sentido común. A lo mejor se puede

 

Ahora Ástrid Pérez se enfrenta a rescatar una ciudad, muy mal gestionada y con actuaciones resquebrajadas y sus arcas públicas al borde de la quiebra técnica. La nueva gobernante se enfrenta a un verdadero desafío, con vocación innovadora, alejada de presiones exteriores. Astrid Pérez ya ha anunciado que el centro comercial,  en las antiguas instalaciones de Garavilla, será una realidad;   también que negociará con los propietarios de el Islote del Francés y que el Plan General Urbano Supletorio lo llevará a la aprobación inicial urgentemente, ya que lo considera fundamental para  "el desarrollo económico, social, administrativo, educativo, sanitario, deportivo...entre otros sectores”. No entiende como el grupo de gobierno anterior lo paralizó y han pasado ya casi dos años. Y lo peor es sin ningún argumento y sin importarle para nada el desarrollo sostenible y jurídico de Arrecife.

 

Según la nueva alcaldesa, ha sido de una irresponsabilidad política manifiesta y pone en evidencia que supuestos intereses particulares han prevalecido ante el interés general de los habitantes de una ciudad,  capital de una isla denominada  Reserva de la Biosfera.

 

Yo, personalmente, confío en Ástrid Pérez y deposito mi confianza de que intentará,  por todos los medios, colocar a la tercera capital de Canarias en el lugar que le corresponde. Le avala su labor en los Centros Turísticos, cuando fue consejera delegada y dejó su huella para evitar la ruina que se anunciaba con los gestores anteriores. Yo sé que está en medio de un huracán, pero conociendo su entereza y vitalidad,  me atrevo a afirmar que superará las “turbulencias”  y la caótica situación del Ayuntamiento capitalino.  Con ella, puedo transmitir una mirada esperanzada sobre el futuro de Arrecife. Espero que un periodo prudencial pueda titular un artículo: “Crónica de una ciudad rescatada”.  Y no es una quimera, porque creo en el potencial de la nueva alcaldesa.
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