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La celebración más bella

 

 

Por Andrés Martinón 

 

Bajo mi humilde opinión, la celebración más bella de la historia de la humanidad no se produjo en un estadio de fútbol ni en una gala glamurosa. La celebración más bella tuvo lugar hace 20 años pero la vi por vez primera este año en youtube y no es otra que el momento en el que dos guardias civiles, de espalda a la cámara y sin saber que les estaban grabando, se ofrecen la mano para chocarla y felicitarse mutuamente. ¿Qué habían hecho? Pues nada más y nada menos que acababan de formar parte del equipo de la Guardia Civil que en una impecable, ardua y brillante operación lograba liberar al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara tras haber sido secuestrado por ETA y hacinado en un infernal zulo bajo una maquinaria pesada de una especie de fábrica en Mondragón durante más de 530 días.


Si uno ve el vídeo, aprecia que sólo la chocan como dos colegas, pero con el tiempo, a uno se le pone la piel de gallina al valorar lo qué habían hecho. Habían salvado la vida a una persona inocente; lo habían hecho bajo los valores del trabajo en equipo; del respeto a la legalidad; sin disparar un tiro y, sin saberlo, habían cambiado la historia de España. Y es que el fin de ETA llegó con la liberación de Ortega Lara y el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Ahí el pueblo vasco liquidó a la banda terrorista.


Esta reflexión la voy a emparentar con dos motivos de actualidad. Uno político y otro deportivo.


En lo político, lo que está pasando en Cataluña y la mala imagen que han favorecido determinados políticos hacia la Guardia Civil. Sí, hacia ese cuerpo que liberó a Ortega Lara y que dio la vida de muchos de sus jóvenes integrantes por defender la libertad y la democracia que da la constitución. Los favorables a la independencia catalana, sobre todo los más radicales, ya sea CUP, Omnium o ANC, dejaron claro que no valoran a este cuerpo el día que pisotearon varios vehículos con total impunidad; en una demostración de ausencia de valores hacia la democracia y la legalidad. Sí, porque eso de los lazos amarillos y decir que lo único que quieren votar me toca los c.....es. Votar cuando tú quieres a lo que tu quieres y con tus reglas, no es democracia, ni ley ni votaciones.


En cuanto a la reflexión deportiva, lo que me hizo pensar como un simple choque de colegas de profesión podía ser lo más bonito fue precisamente la banalidad de las celebraciones o demostraciones de júbilo en el fútbol y me imagino que ya muchos están pensando en esa foto ya clásica de Cristian Ronaldo desnudo y marcando músculo como un adolescente. El fútbol también tiene que poner cotas y delimitar la banalidad y eliminar imágenes engañosas para los más jóvenes. Lo peor de todo es que Ronaldo es un ejemplo de entreno y trabajo pero él siempre quiere destacar lo que a los más pequeños equivoca.

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