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La salud, mitos y habladurías

 

Por Antonio Coll


El sistema sanitario canario y español se puede considerar como uno de los más óptimos de los países occidentales europeos y contribuye a las excelencias que aporta el llamado Estado del Bienestar, que es sostenido, no se olviden, mayoritariamente, por las rentas del trabajo, consumo e impuestos de sociedades de las empresas. Para ello es importante mantener un equilibrio del déficit público, quiero decir que los gobiernos tienen que vigilar el gasto público superfluo y electoralista. Porque esas políticas pueden llevar a una subida de impuestos, que nadie desea y que afectaría directamente a las clases menos pudientes. Gasto social y pensiones debe ser prioritario, y se consigue evitando el despilfarro de dinero público que solo provoca aumentar el déficit, en las balanzas públicas, cuando se gestiona con medidas “populistas” y “electoralistas”.

 


En cuanto a sanidad, se puede ahorrar mucho dinero en la factura de la industria farmacéutica, implantando campañas sobre el modo de vida y, sobre todo, en consumir alimentos más saludables, informando a la población de los riesgos de consumir en exceso alimentos procesados, que llevan mucha azúcar refinada, sodio, grasas saturadas hidrogenadas y conservantes. También incluyo los refrescos azucarados, y más en la época estival veraniega, cuyo consumo aumenta en demasía. En otra esfera, están los medicamentos y sus efectos secundarios. En este sentido, el consumo debe ser controlado por los profesionales de la medicina y llevar un control estricto cuando se trata de patologías crónicas.
Advierto que yo solo estoy exponiendo datos meramente informativos y para cualquier tratamiento se ha de seguir las recomendaciones de los profesionales y autoridades sanitarias.


Estudios científicos recientes advierten sobre el alto riesgo para la salud del consumo del azúcar. Hoy está comprobado que su exceso es responsable de muchas enfermedades modernas como la obesidad, diabetes tipo 2, asma y patologías cardiovasculares, ente otras. Por otro lado, se habla, en los últimos tiempos sobre el colesterol y, según últimas investigaciones, tiene mucho de mito, porque, al parecer, no incide directamente en determinadas enfermedades, como nos “machacan” continuamente. El problema está también en los fármacos cuando no se sigue las instrucciones médicas o especialistas en nutrición.

 


Los organismos de la sanidad pública debería ofrecer más información, con campañas publicitarias, advirtiendo como mejorar y preservar la salud, con menos medicamentos, e insistiendo en la imperiosa necesidad de consumir más a menudo verduras, hortalizas, frutas frescas y frutos secos sin sodio, así como antioxidantes y multivitaminas de calidad, donde se incluyan vitaminas C, D, E, A, K, B y minerales ricos en magnesio, zinc, potasio, selenio, así como Omega 3, muy abundante en pescados y vegetales. Según mis informaciones, una gran mayoría de médicos norteamericanos consumen a diario preparados vitamínicos. Por algo será. No podemos olvidar que la vida moderna provoca mucho stress, contaminación ambiental y alergias, por lo que tenemos que combatirlas con una alimentación sana y equilibrada, sobre todo los niños y mayores que son más vulnerables.
Es importante saber que a través de Internet se difunden a toda velocidad mucha ¿información? sobre productos “milagrosos” que lo curan todo. Es recomendable elegir páginas web sobre la salud que sean rigurosas, con citas de las fuentes científicas, para comprobar la veracidad y la efectividad. Porque bien es sabido que muchos portales digitales, con fines comerciales, ofrecen alternativas sanitarias, las cuales, muchas de ellas, no dejan de ser mitos o leyendas. Como la salud es un gran reclamo, los fabricantes saben que existe mucha gente que despilfarra su dinero creyendo en las falsas promesas que proclaman. También recomiendo de que huyan de las habladurías, porque lo que a uno le va bien, a otros puede perjudicarles. No corra riesgos innecesarios.


Hay una frase extendida que dice que “soy como como”. Y en el fondo contiene mucha verdad. Y no se olviden que en el campo y en la mar se encuentra el mejor laboratorio para conseguir una alimentación equilibrada y sana. Consumir, a menudo, productos locales, también es una buena opción. Y Lanzarote tiene muy buena agricultura, ganadería y excelentes pescados.

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