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Libertad de prensa vs libertad de empresa

Por Alex Solar
 
 
Un lector me reprocha el haber criticado la conducta de Pablo Iglesias frente a un periodista que le resulta molesto (yo he leído algunos de esos artículos en la página web de Podemos, y no veo en ellos nada de extraordinario).Decía su comentario que “el verdadero fuego destructor de la libertad de información” era la decisión de Juan Luis Cebrián de vetar a un periodista  que habló de su implicación en las off shore en las tertulias de su emisora. Es difícil ser objetivo ante el enorme y complejo problema de las libertades, vivimos en un mundo liberticida y enemigo de la verdad. Según un informe sobre la libertad de prensa, estamos en el nivel más bajo a nivel mundial en los últimos doce años. El informe de Freedom House no deja lugar a dudas al decir que solo un 14 % de la población mundial disfruta de un escenario en el que se garantiza la cobertura política y la libertad de los periodistas, cuya profesión sigue siendo una de las más peligrosas en países como México, Brasil o Colombia. En España, situada en el número 26 de la lista, la ley de Seguridad Ciudadana (más conocida como “mordaza”) del gobierno, que entre otros aspectos restringe la actividad de quienes informan sobre los abusos policiales, ha contribuido a restarle puntos del observatorio. 
 
 
En los países del socialismo “real”, la libertad de prensa ha sido inexistente. Sin embargo, de la Polonia socialista surgió Kapuscinsky, periodista ejemplar que acuñó la frase “este oficio no es para cínicos”. En Chile, en los años 70, el debate llegó a su punto máximo con la llegada al poder de Salvador Allende, acusado de atacar la libertad de prensa al haber sometido a una inspección fiscal al más enconado de sus enemigos (el grupo El Mercurio). En ese momento existían una decena de grupos monopólicos que sumaban más de medio millón de ejemplares publicados al día, contra unos trescientos mil de medios favorables al gobierno.  Doy fe, ya que trabajé como periodista entonces, que en toda la historia del país no ha existido un período en el que la libertad de prensa conociera tal amplitud, a tal punto que muchas veces se cayó en la falta de ética y en el libertinaje más abusivo. Allende pensaba que la libertad de prensa estaba condicionada por la propiedad de los medios e intentó contrarrestar esta situación creando otros alternativos. Nunca se le ocurrió un control público de los medios, como propone Pablo Iglesias. Si lo hubiera hecho, su caída se habría precipitado mucho antes.
 
 

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