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Ocho apellidos canarios

Lorenzo Lemaur Santana

 

Supongo que habrás oído a Manolo Vieira hablar de Carmelito, de La Isleta, en Las Palmas. Pues bien, Carmelito, que su nombre completo es Carmelo del Pino Santana Betancort, es hijo de Pepito Santana Bordón, que procede del sur, de Agüimes, y de Nieves Betancort Acosta, que nació en Lanzarote, concretamente en Haría.

 

Su abuelo, Marcial Betancort Marrero, huyendo de la miseria que hubo en Lanzarote cuando la gran sequía de 1901, se fue a Las Palmas a buscar trabajo en la construcción del muelle de La Luz, y se establecieron en La Isleta, donde viven un montón de conejeros, que se fueron a lo mismo.

 

Marcial, que era agricultor, conoció a Lola Acosta Perdomo, hija de Cristo, un majorero que se vino a Lanzarote a trabajar en Garavilla, en un baile en la Sociedad de Tías. Se casaron y tuvieron dos hijos, antes de irse a Las Palmas, Nieves que se fue con apenas cuatro años y Juan Apolo, que tenía trece, y que luego fue guarda jurado en las obras del muelle. Ya en La Isleta tuvieron cuatro hijos más.

 

Casualmente, cuando hace unos meses estuve en Las Palmas, en La Puntilla, haciendo un taller de jolateros, conocí a un nieto de Juan Apolo. Me contó que él, de niño, había hecho botes la lata, como los llaman allí, en el Castillo de la Luz.

 

Pues bien, Pepito Santana, es hijo de Gregorio Santana Alemán, que trabajó muchos años en los tomateros del Conde de la Vega Grande, en Corralillos, Vecindario. Gregorio, igual que Marcial, acabó en Las Palmas, trabajando en el muelle, de cambullonero.

 

En el Muelle Grande vivía Chona Bordón Artiles, la Cangreja, nieta de Pancho Pahindo, cambullonera, pues su madre fue lo mismo. Como dejó dicho Néstor Álamo en la popular canción que tan bien cantan Mari Sánchez y Los Gofiones, Chona había quedado huérfana de joven, pues su padre “murió en la costa. Vino un viento y viró el barco y se lo tragó la mar”.

 

Y, como escribió Néstor Álamo, Chona se enamoró de Gregorio, que como dije también entonces cambullonero. Se casaron y tuvieron cinco hijos. El segundo de ellos, el aludido Pepito Santana Bordón, que es, a la sazón, el padre de Carmelito.

 

Y, todo esto viene a cuento de que Carmelito, que se fue a estudiar medicina a La Laguna, allí conoció a Candelaria Chinea Oramas, y se enamoraron. Pero, como Koldo en “Ocho apellidos vascos”, Bencomo, el padre de Candelaria, es nacionalista cerrado y solo admitía que su hija se emparentara con uno que tuviera ocho apellidos canarios.

 

P.D.: La semana que entra te cuento sobre los ochos apellidos canarios de Candelaria, porque los de Carmelito quedan claros.

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