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'César Manrique, el musical' en el Teatro Pérez Galdós

Arranca en Gran Canaria la decidida apuesta de Mestisay y Clapso Producciones Teatrales sobre nuestro artista universal

 

  • Lancelot Digital


  • Todo comienza en Famara, donde el creador lanzaroteño César Manrique sitúa la génesis de su discurso vital y artístico. A partir de ese mágico y poderoso instante, la producción ‘César Manrique, el musical’ proseguirá transitando por distintos pasajes ficcionados de la vida de nuestro genio, considerado como un mito que en Canarias atraviesa transversalmente islas, capas sociales, generaciones e ideologías, para convertirse en lo que fue: un espejo de valores colectivos cuya dimensión ha terminado por trascender la épica contenida en su persona y su obra.

     

    Según explica la productora, este gran musical, que se estrena este jueves hasta el 22 de septiembre en el Teatro Pérez Galdós de la capital grancanaria, lleva gestándose desde hace años. El sueño, como no podía ser de otra manera, coincide con el centenario del nacimiento de Manrique, y pretende estar a la altura de la herencia moral y el mensaje universal de una de las figuras más relevantes de la cultura canaria del siglo XX. No es fácil articular en y desde Canarias una producción de esta envergadura, pero la decidida apuesta de Mestisay y Clapso Producciones Teatrales la hace ahora posible con la ayuda de la Fundación Auditorio y Teatro de Las Palmas de Gran Canaria, el ayuntamiento capitalino, Macanda Producciones y la Fundación César Manrique de Lanzarote. Con este proyecto hemos trabajado, como decía alguien, con el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad.

     

    "Somos conscientes que toda una vida tan intensa como la de Manrique no cabe en una producción de 90 minutos. Pero a buen seguro que el público agradecerá nuestra modesta intención de mostrar en toda la grandilocuencia escénica en la que participan más de 70 personas, al mito que fue César rodeado de todo lo que entendemos que lo conformó: puro magnetismo y energía vital".

     

    En ese largo e íntimo proceso en que se convierte el trabajo de escritura de cualquier dramaturgia, he terminado sintiendo el aliento de un “fantasma” detrás de mí que me inquiría a terminar este guion sujeto a un componente emocional muy notable que nos muestra un Manrique vitalista y heterodoxo de la existencia. Todo ello sin olvidar nunca que no he pretendido escribir una biografía escénica, sino una obra de teatro musical que ha debido condensarse en hora y media y dialogar con las canciones de su libreto.

     

    Manrique construye su biografía vital y profesional en escenarios muy concretos: el Lanzarote de su niñez, el Madrid de la posguerra y de los años 50; el Nueva York excitante y agobiante de los sesenta; el Lanzarote virginal de cuando regresa en esa década y diseña todas sus obras paisajísticas, el Agaete de la amistad con Dámaso, Fachico y otros amigos…Todo esos entornos están reflejados en este musical de una u otra manera.

     

    Tal y como señala www.voydebelingo.com, ‘Cesar Manrique, el musical’ se sostiene en una trama donde se cruzan pasiones, deseos, frustraciones, memoria, bailes y canciones, a modo de retrato de un Manrique que supo siempre defender la independencia de pensamiento, el compromiso con su tierra, el valor de la creatividad, la simbiosis entre naturaleza y arte, la defensa del medioambiente, la conjugación de tradición y modernidad, la transmutación de la naturaleza en un valor turístico sin tocar su esencia… incluso, la libertad sexual.



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