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Las claves de la victoria del Liverpool ante el Barcelona

 

 

 

El miércoles pasado, Liverpool se enfrentó al Barcelona e hizo un excelente trabajo. Ganó con cuatro goles a favor, firmando una épica remontada que pasará a la historia de la Champions League. Tras esta gesta ahora tan solo les espera el Tottenham en su camino hacia la gloria, pero todavía muchos se preguntan, ¿cómo pudo el Liverpool derrotar al titánico Barcelona cuando todas las apuestas iban en su contra? Si por algo destaca este Liverpool es por su capacidad de ataque. A la temida MSF del Liverpool (Sadio Mané, Mohamed Salah y Roberto Firmino), se suman jugadores como Divock Origi (anotó dos goles contra el Barcelona), Georgino Wijnaldum (autor de los otros dos goles), Xherdan Shaqiri o Daniel Sturridge. Una de las líneas de ataque más creativas y completas de Europa, que el Barcelona infravaloró. Sin embargo, no fue el único motivo de esta victoria.

 

La presión pudo con el equipo y con Messi

 

Hacía ya tres años que el Barcelona no alcanzaba la final de la Liga de Campeones y ya la estaban casi saboreando, pero eso también supuso una presión añadida. Los jugadores todavía sentían el fantasma de la derrota ante la Roma el año pasado demasiado cerca. Las únicas opciones eran ganar o ganar y para ello el Barcelona contaba con su gran estrella, Lionel Messi.

 

Ya en la ida habíamos disfrutado de un Liverpool que puso en peligro al Barcelona, aunque no quedase reflejado en el marcador por la intervención de Messi a favor del Barcelona. Esta es una de las primeras claves de por qué el Liverpool pudo derrotar al Barcelona, Messi solo no pudo derrotar al Liverpool en esta ocasión. Lo que es aún peor, al ver que no acertaba a llevar el timón del partido, Messi bajó la cabeza y bajó de revoluciones. El astro argentino ya había sido clave en la ida al igual que en la eliminatoria ante el Manchester United, pero no fue suficiente en esta ocasión.

 

Jürgen Klopp planteó el partido con maestría

 

Sin Firmino, Salah ni Keita, el partido se planteaba difícil para los de Anfield, que tenía que derrotar a uno de los titanes del fútbol europeo sin tres de sus mayores estrellas. Klopp supo manejar la situación con maestría propia de un genio y dio entrada a Shaqiri y Origi en el once, además de Wijnaldum que entró en el segundo tiempo y revolucionó el partido por completo. El alemán supo transmitir a sus chicos una idea clara, presión, presión y más presión. El Liverpool presionaba en cada centímetro del terreno de juego, lo cual se vio beneficiado por el hecho de que el Barcelona salió a jugar con una mentalidad más defensiva de lo que nos tiene acostumbrados. Además, a esto se suma que Matip y Van Dijk hicieron un trabajo inconmensurable en defensa para evitar que el Barcelona dispusieses de ocasiones de gol y tenemos una combinación perfecta.

 

El factor Anfield

 

Ya lo venía diciendo Jürgen Klopp, Anfield no es el Camp Nou; y vaya que no lo fue. Haciendo mención del lema del equipo, el Liverpool nunca caminó solo durante el partido. El Barcelona no se enfrentaba a once jugadores, se enfrentaba a una afición entera que se congregó en el tempo de Anfield para animar a su equipo y llevarlo hasta la final de la Liga de Campeones. Los reds se dejaron la garganta, pero mereció la pena por la motivación que transmitieron a los jugadores. Estos no defraudaron a su público, no era una opción. Anfield es sin duda uno de los estadios más difíciles de visitar, los reds lo han demostrado ya cientos de veces y ante el Barcelona lo demostraron en su máximo esplendor.

 

El duelo mental

 

Si algo podemos destacar de la eliminatoria es que los de Jürgen Klopp no solo derrotaron al conjunto blaugrana sobre el terreno de juego, también los derrotaron mentalmente. Desde que los jugadores entraron al campo se podía ver en sus caras que no iba a ser una noche más, iba a ser su noche. Los jugadores del Liverpool salieron a darlo todo. Mientras que les quedase un mínimo de energía, pensaban luchar por ese puesto en la final. El entrenador alemán ya venía alentando esa actitud desde las entrevistas previas, donde nunca se mostró afectado por la contundente derrota en la ida y donde nunca dudó de que podían conseguirlo.

 

El Barcelona por su parte salió confiado. Ernesto Valverde confiaba en que defender su portería sería suficiente para evitar la debacle, pero claro está, no podía estar más equivocado. Si ya la actitud inicial era mala, con el paso del tiempo solo empeoró, mientras el Liverpool seguía siendo muy superior a ellos en el terreno de juego. Messi bajó la cabeza y el Barcelona desapareció del terreno de juego. El cuarto gol del Liverpool es la clara prueba de esto. Un saque rápido, un Liverpool que sacaba las garras y un Barcelona en el que el único que parecía mínimamente dispuesto a luchar e intentar evitar ese gol fue Gerard Piqué. Ese saque rápido se convirtió en la crónica de una muerte anunciada.

 

Falta de reacción

 

Vale que la actitud inicial del Barcelona era mala, pero todo tiene solución. Sin embargo, el técnico culé fue incapaz de encontrar esa solución durante el partido, el mismo problema del año pasado en Roma. Ni el discurso en el descanso, ni los cambios en el descanso pudieron solucionar el desastre que se vivía en Anfield. Lo que es peor, esta solución era fácil de prever después de la ida. El Liverpool fue superior al Barcelona diga lo que diga el marcador. Ernesto Valverde lo vio y todo los vimos. Aún así el técnico salió con el mismo once exacto que en el Camp Nou. Ya lo dijo Albert Einstein: locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes.

 

Con esta derrota el Liverpool puede seguir soñando. El Tottenham le espera en el Wanda Metropolitano, donde ambos clubes ingleses lucharán por ser proclamados el mejor club de Europa. Por su parte el panorama en Barcelona ve empañada una fantástica temporada por esta derrota, no por perder, sino por como se ha perdido. Valverde queda como principal retratado. Ahora solo queda ver cómo reaccionará el Barcelona para evitar el mal de alturas en las próximas temporadas.

 

 

 

 

 

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