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Canarias exige un reparto justo

 

  • Lancelot Digital
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    Si durante todo el año es un goteo que no cesa, en el mes de agosto la llegada de pateras a Canarias ha desbordado todas las previsiones. En los primeros veinte días del mes ya se superaban los 1.100 inmigrantes llegados a nuestras costas, el diez por ciento de los llegados en lo que va de año, unos 10.000.

     

    La odisea que viven esas personas que aventuran sus vidas pensando en cumplir con un sueño que no suele realizarse es dramática. Sobra decir que a su llegada es preciso atenderles como merecen, tanto desde el punto de vista sanitario como habitacional. Especialmente en el caso de los menores extranjeros no acompañados que no son devueltos a sus respectivos países, sino que se quedan en el nuestro. Bueno, en nuestras islas.

     

    En este sentido, el Gobierno de Canarias ha vuelto a exigir al Estado un reparto "justo" de estos menores entre todo el territorio español ante la llegada continua de embarcaciones ilegales que arriban casi a diario a las Islas Canarias. La situación de algunas islas es insostenible, como la propia Lanzarote, donde, por ejemplo, el pasado 9 de agosto llegaron 9 pateras. En ellas llegaban 60 menores que había que acoger y atender.

     

    Las islas no pueden más la presión migratoria es insostenible. Gestores como el alcalde de Tinajo, cuyo municipio acoge el albergue de La Santa, lugar al que se derivan a estos menores, ya ha pedido en reiteradas ocasiones una alternativa para que el albergue vuelva a ser para los vecinos del municipio.

     

    Aunque el reparto corresponsable se ha exigido en muchas ocasiones, la realidad es que el pasado año solo se trasladó a 17 menores y en este 2023, a 120, 49 de ellos tras el cambio de gobierno en las islas.

     

    El problema, porque es un problema innegable, no es de Canarias, no tiene por qué asumirlo el Ejecutivo regional en soledad. Es un problema que tiene un cariz europeo y las soluciones deben buscarse entre todos. La realidad es que se lava las manos Europa, el Estado y también el resto de las comunidades de nuestro propio país. Ojos que no ven… ya se sabe. Pero aquí si lo vemos, vemos el drama migratorio a diario y vemos que no se buscan soluciones para todas estas personas que no se juegan la vida para estar hacinadas en nuestra isla.

     

    En Lanzarote han llegado a poner carpas a la entrada de Arrecife como una supuesta solución ‘razonable’. Habría que preguntarles a quienes proponen semejantes medidas si ellos se irían a vivir a una pseudocaseta que se encharca cuando llueve. Entendemos que nuestras autoridades, las canarias, estén desbordadas, por eso es preciso insistir, llamar a todas las puertas que sea preciso hasta obtener respuestas solidarias. Lo de lavarse las manos como Poncio Pilatos y mirar para otro lado ya no procede en pleno siglo XXI. La gente sigue muriendo en la ruta canaria, la presión migratoria en insostenible en nuestras islas… ¿Cuánto más hay que aguantar para que se busque una solución?

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