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Fernando Clavijo, o la renovación en CC

 

Al final la elección el pasado viernes 12 de septiembre del candidato de Coalición Canaria a a presidir el Gobierno de Canarias a partir de las próximas elecciones de mayo de 2015, en el que resultó ganador el tinerfeño Fernando Clavijo, terminó bien porque imperaron las formas democráticas. Aún con sólo cinco votos de diferencia, Paulino Rivero acertó al retirarse tras perder la primera votación e hizo gala de un gran talante democrático al evitar que una minoría de bloqueo impidiera un desenlace que hubiera dividido de forma considerable a la formación nacionalista.

 

Rivero ha tenido que lidiar en los últimos cuatro años de mandato al frente del Ejecutivo regional con una muy difícil coyuntura económica en Canarias, en medio de la cual ha logrado mantener un gobierno que, pese a los recortes, al menos ha conseguido que no se haya deteriorado más la situación. La elevada tasa de paro en nuestro Archipiélago (que alcanza el 32%, una de las más altas de España) ha sido el asunto que se le ha resistido y no ha podido atajar, en una comunidad como la nuestra donde el modelo económico basado en el binomio turismo-construcción ya ha quebrado definitivamente y en la que nuestra principal locomotora económica, la industria turística, aún atravesando un momento excepcional, si bien logra amortiguar la caída del desempleo, no es capaz de absorber toda la demanda de mano de obra canaria, que requeriría de una apuesta de alcance y muy seria por diversificar nuestra actividad productiva.

 

Al presidente del Gobierno canario, había un sector de CC que le estaba pidiendo paso. Fernando Clavijo partía con mucha ventaja y Paulino no midió bien sus fuerzas. Hay incluso quien piensa que tan sólo diez días más podrían haber dado el margen suficiente al veterano político nacionalista para arrebatar la victoria a su rival. En esa búsqueda de modernización que otros partidos también han iniciado, al aparecer desde algunos sectores de Coalición Canaria piensan que se debería hacer una reflexión, planteando la posibilidad de modificar los estatutos a fin de que pueda verse más representado el sentir de los afiliados.

 

La llegada de Fernando Clavijo va en consonancia con la línea de buscar caras y formas nuevas de hacer política que algunos partidos están comenzando a llevar a cabo ante la reciente e inesperada irrupción en la escena del panorama electoral de nuevas formaciones hasta ahora inexistentes, que indican la exigencia de la población de un cambio y pueden ser un revulsivo si los partidos tradicionales ven la necesidad de renovarse y acometer nuevos planteamientos para recuperar la confianza entre la ciudadanía. Clavijo, aun teniendo trayectoria como alcalde de La Laguna, es un candidato inédito, pero su juventud, su sagacidad y su naturalidad posiblemente le hagan convertirse en líder en muy poco tiempo. Precisamente será el tiempo el que dirá si su elección ha sido o no un acierto. Todavía le queda por demostrarlo, pero todo apunta a que reúne las condiciones y además capacidad de liderazgo. Sus primeras declaraciones evidencian su talante integrador y conciliador, y parece que ahora en el seno de la formación nacionalista sólo queda cerrar filas en torno al nuevo aspirante de CC a presidir el próximo gobierno regional.

 

Para muchos, en Lanzarote la elección de Fernando Clavijo como nuevo líder de la formación nacionalista ha sido interpretada en clave interna como un refuerzo de la actual dirección de CC a nivel insular, fortaleciendo el liderazgo del secretario insular, David de La Hoz, y sobre todo, al presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, que se convierte ahora en líder carismático y hombre fuerte del partido en la isla.

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