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Lanzarote es diferente

 

  • Lancelot Digital
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    Aquel viejo eslogan publicitario que surgió en España a finales de la década de los cincuenta para promocionar turísticamente nuestro país, ‘Spain is diferent’, es totalmente aplicable a la isla de Lanzarote, aunque no exactamente por los mismos motivos. Pero sí, Lanzarote es diferente y no siempre para bien. Mientras que en el resto de las islas las infraestructuras se ponen al día y se adaptan a las necesidades reales de su población, aquí concluir un solo proyecto es una tarea titánica. Una auténtica epopeya de Sísifo, aquel al que los dioses castigaron a andar empujando ladera arriba una enorme piedra que siempre volvía abajo y tenía que volver a empezar. Así nos pasa en esta isla, en la que a cualquier proyecto que se inicia, le salen detractores por doquier antes de que finalice. En conclusión, no hay manera de que se termine nada y arrastramos infraestructuras obsoletas que no responden a las necesidades reales de la población actual, y mucho menos de la futura, y tampoco a la del turismo ‘premium’ al que aspiramos.

     

    La novedad es que Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones a la duplicación de la LZ-40 entre el Aeropuerto y Puerto del Carmen, o lo que es lo mismo la carretera que va de Indelasa al Toro. Dicen los ecologistas que debemos quedarnos con esa vía que tiene unos 30 años, aunque esté obsoleta y aunque los lanzaroteños tengan que soportar unas retenciones en hora punta insoportables porque duplicarla, y facilitar la vida a la población, supone un peligro ambiental y social.

     

    Lo cierto es que, en cualquier otra isla, no hay más que mirar a la vecina Fuerteventura, los proyectos que benefician a sus vecinos se inician, se desarrollan y se terminan. Sin problemas. Aquí todo lo dejamos a medias y parece que el desarrollo nunca llega.

     

    Ya lo dijo recientemente el presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort, en Fitur, nadie quiere hacer más carreteras y consumir territorio inútilmente. ¿Para qué? Lo que se está intentando, una vez más, es que las carreteras que tenemos no sean intransitables, no generen problemas de tráfico, incomodidades y accidentes.

     

    Son muchos los lanzaroteños que no comprenden porque una y otra vez, un año tras otro, se habla de los mismos problemas que se repiten porque no se acaban de solucionar, y no se arreglan porque siempre surge un colectivo al que le parece mal algo.

     

    La realidad es tozuda y es la que es. En Lanzarote ya somos unas 160.000 almas las que circulamos para ir y volver a nuestros trabajos o para hacer nuestra vida diaria. Hace unos 30 años, cuando se hizo la citada carretera, éramos 70.000 y para esa población, la vía era perfecta. Necesitamos hacerlo con tranquilidad y contando con unas vías adecuadas para la que es la tercera isla de Canarias.

     

    Cuestión aparte, que no podemos dejar de plantearnos, es que estos ‘peros’ siempre surjan cuando gobiernan ‘unos’ y no cuando gobiernan los ‘otros’ (a buen entendedor, pocas palabras bastan). La mejor prueba es que estamos a punto de inaugurar en la isla uno de los hoteles más grandes de Canarias, que se aprobó con un gobierno de izquierdas. Y eso, miren por donde, se ve que sí estuvo bien. Lo dicho Lanzarote es diferente.

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