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Parques eólicos versus Cabildo

 

  • Lancelot Digital
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    La noticia de que el Cabildo ha recurrido la autorización de la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias de instalar un parque eólico de 6 MW en Teguise porque compromete el planeamiento urbanístico, pone en tela de juicio la política de energías alternativas por la que, teóricamente, aboga Lanzarote desde hace años.

     

    La falta de un Plan Especial de Energías Alternativas provoca, no solo inseguridad jurídica en los inversores privados y públicos, si no que ralentiza además la introducción necesaria de energías renovables en la isla.

     

    Es muy bonito hablar de eco combustibles, de descarbonizar el medioambiente, de luchar por la apuesta creciente de energías eólicas en el plano teórico, siempre, de defender el medio ambiente, el desarrollo sostenible, el ecologismo y el resto de “ismos” habitualmente nombrados, pero la realidad es que se ha trabajado más bien poco en cumplir con los objetivos de implantar el mayor número de posible de MW producidos por instalaciones no contaminantes, es decir que no usen crudos.

     

    El Plan Energético de Lanzarote tendría que haber estado elaborado ya desde hace años. Se habló en su día, incluso, de hacerlo en paralelo al Plan Insular, de manera que ambos fueran compatibles y no se produjeran contradicciones entre ambos, pero lo cierto es que, que nosotros sepamos, no hay noticias ni de uno, ni del otro.

     

    No se sabe si el Cabildo está redactando el nuevo Plan Insular; no se sabe si contará con el mismo equipo redactor para hacerlo; tampoco se sabe si se respetará el plan de Ezquiaga o se tirará a la basura, y mucho menos se sabe nada sobre el Plan Energético Insular.

     

    Esta falta de planeamiento condena a la desmotivación y a la frustración a los promotores, privados y públicos, y nos sumerge en una gran contradicción: ya que mientras se defiende la promoción e implantación de parques eólicos, placas fotovoltaicas y otras energías alternativas, se está limitando su instalación.

     

    Entendemos que Lanzarote, al ser una isla extremadamente frágil, ya que más del 50% de su territorio cuenta con algún grado de protección, exige que se hile muy fino a la hora de permitir dichos parques. Dicho esto, también es verdad que no podemos estar permanente con conversaciones bizantinas sobre el sexo de los ángeles, mientras dejamos que la isla permanezca paralizada y los grandes retos insulares esperando en alguna gaveta.

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