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Sanidad, la clave está en la gestión

Lancelot Digital

 

Y volvemos al eterno tema de la sanidad en las islas, verdaderamente tocada en los últimos tiempos. Y es que la salida del Psoe del Gobierno de Canarias no sólo ocasionó incertidumbres y dudas durante meses al equilibrio del Archipiélago, sino que afectó directamente a uno de los aspectos más sensibles de la sociedad canaria: su sanidad. Más allá de retrotraernos a tiempos pasados, y echar culpas a las posibles deficiencias ocasionadas y al incremento de las listas de espera, tanto en la atención de especialistas como en las operaciones quirúrgicas, habría que empezar a analizar la situación detenidamente y buscar soluciones reales. Desde este editorial creemos que el Gobierno canario ha empezado con buen pie esta nueva etapa al nombrar a un gestor real, ya que no siempre es preciso ser médico para llevar adecuadamente una gerencia. Al contrario, lo que realmente se precisa es ser un buen gestor, un buen administrador. Esa es la clave. Y nos parece muy buena la idea de que se ponga en marcha una especie de campaña de choque orientada a reducir la lista de espera tanto en las operaciones quirúrgicas pendientes, como en la atención a los pacientes por parte de los especialistas. En este sentido, nos parece también un gran acierto el que se haya anunciado la intención de abrir las salas quirúrgicas y consultas también por las tardes. Realmente lo que fue, en nuestra opinión, un acierto en la época de Paulino Rivero para aligerar las listas de espera abriendo algunas tardes los quirófanos y consultas se lo "cargó" el anterior consejero de Sanidad nombrado por el Psoe. Una medida que nadie entendió bien y que sólo beneficiaba a los médicos pero no a los pacientes. En cualquier caso, hay que hacer una apuesta fuerte por el nuevo consejero de Sanidad, José Manuel Baltar, y no nos cabe duda de que es preciso un cambio radical en el modelo de gestión. Para Baltar es fundamental racionalizar el uso de las infraestructuras y medios existentes, así como centralizar los sistemas de compras. También ha anunciado una política de recursos humanos ajustada a las necesidades del sistema y centrada en la asistencia a los pacientes y un plan de formación continuada de directivos y empleados, entre otras muchas cosas. No es posible solucionar problemas que arrastramos desde antaño sin un cambio en las formas y en la manera de solucionar los problemas. Se hace mucha demagogia cuando se pide que se incrementen las plantillas y no se cuenta con el sector privado. Al paciente le da lo mismo que se externalicen las consultas. Al paciente no le importa quién le atienda y dónde le atiendan, le importa que lo traten, que le curen y que lo hagan de una manera diligente y apropiada. Y ese es el objetivo. Además es preciso decir que una cama hospitalaria privada cuesta tres veces menos que una cama pública, lo que aconseja que el paciente público sea derivado a la medicina privada porque nos sale más barato y se gestionan mejor los recursos de todos. A veces se ignora que en países tan adelantados socialmente como Dinamarca, por ejemplo, la sanidad mayoritariamente se deriva a consultas médicas y hospitales privados. Eso sí, lo paga la administración pública luego. En eso es en lo que hay que trabajar, en mejorar para que todos tengamos una mejor atención y, por ende, mejor calidad de vida. Satanizar a la sanidad privada cuando permite derivar a muchos pacientes que no puede atender la Pública es un error. Lo importante es que un paciente no tenga que esperar un año por una operación médica como ocurre ahora con la complacencia de muchos que, falsa o equivocadamente, defienden la salud universal y gratuita.

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