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El Gobierno de Canarias delimita Lanzarote y La Graciosa como zonas de protección para la alimentación del guirre

La reducción de los recursos alimenticios disponibles es un “factor de amenaza” para esta especie, según destaca la Consejería de Sostenibilidad

 

Lancelot Digital

 

La Consejería de Sostenibilidad del Gobierno de Canarias ha delimitado las islas de Fuerteventura, Lanzarote y la Graciosa como zonas de protección para la alimentación de especies necrófagas de interés comunitario en la Comunidad Autónoma de Canarias, según publica el Boletín Oficial de Canarias (BOC) este lunes.

 

Según se recoge en la orden publicada,la única especie necrófaga de interés comunitario con presencia relevante en el archipiélago es el guirre, que se incluye en el Catálogo Español de Especies Amenazadas en la categoría de “en peligro de extinción”.

 

La Consejería de Sostenibilidad destaca que la aparición de la encefalopatía espongiforme bovina” (la enfermedad de las vacas locas propició “la aplicación de actuaciones dirigidas a evitar la propagación y el contagio de esta y otras enfermedades” de sus características  “entre las especies ganaderas y los seres humanos”.

 

“Estas medidas provocaron un empeoramiento del estado de conservación de distintas especies necrófagas debido a la merma de recursos alimenticios disponibles y que se evidenció en aspectos como la disminución del número de parejas, la reducción del éxito reproductivo o la reducción de las posibilidades de dispersión de ejemplares no reproductores. Además, se generó cierta alarma social debido a un incremento del número de ataques de buitres a ganado vivo y a un apreciable cambio en el comportamiento de las rapaces necrófagas”, añade.

 

La Consejería de Sostenibilidad explica que, con el objetivo de compatibilizar la salvaguarda sanitaria de las personas y las especies ganaderas con el deber de garantizar la conservación y preservación de las especies silvestres, tanto en la normativa comunitaria como en la normativa nacional aprobada a partir de 2002,  se establecieron excepciones en el control y gestión de los subproductos animales no destinados a consumo humano para poder alimentar a las especies necrófagas, sin que ello supusiera un incremento en el riesgo sanitario para la salud animal y la salud pública”. “En el marco de dicha normativa, entre otros, se determinaron los aspectos más importantes para la gestión de la alimentación de las especies necrófagas”.

 

La falta de alimentos, una “amenaza” para la especie

 

El Ejecutivo regional destaca que “la reducción de los recursos alimenticios disponibles se ha señalado como factor de amenaza para el guirre y que el uso de los muladares tradicionales para su alimentación pueden tener efectos negativos no deseables sobre su estado de conservación, por lo que a largo plazo, se ha estimado más adecuado para garantizar su alimentación la existencia de un número mucho más elevado de pequeños puntos de alimentación”, que “suponen una herramienta muy útil para lograr que la disponibilidad de recursos tróficos no condicione ni la distribución ni el éxito reproductor de la población de guirres y se eviten los riesgos asociados al uso de los actuales muladares”.

 

“Teniendo en cuenta el área de distribución actual del guirre, el órgano competente en materia de gestión de fauna silvestre puede delimitar estas zonas de protección para la alimentación de especies necrófagas de interés comunitario”, precisa la Consejería.

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