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El ministro de Agricultura viene a resolver el entuerto del Plan de Regadío de La Santa

 

Ese proyecto, ya financiado en la anterior etapa, se perdió inicialmente "por la inacción" del Cabildo gestionado por el PSOE

 

  • Lancelot Digital
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    El ministro de Agricultura del Gobierno central, Luis Planas, firmará mañana, sobre las 11 de la mañana, en la sede de la Delegación del Gobierno de Lanzarote, una adenda del convenio marco hidráulico que tiene con la empresa pública Seiasa, para acometer la obra del "Proyecto de Modernización y Mejora del Regadío de la zona Nordeste de Lanzarote, en Tinajo y Teguise, con un presupuesto de unos 15 millones de euros.

     

    Esta importante obra, fundamental para el campo de Lanzarote, se perdió inicialmente en la anterior etapa de Dolores Corujo, al caducar el expediente por falta de contestación a los diversos y reiterados requerimientos enviados por el Gobierno de Canarias, en aquel entonces de Ángel Víctor Torres, al Consorcio del Agua de Lanzarote y de la propia presidencia del Cabildo gobernados por el PSOE.

     

    El actual presidente del Cabildo, el nacionalista Oswaldo Betancort, señaló durante la entrevista realizada hace algo más de una semana en Café de Periodistas que Lanzarote había perdido ese proyecto y los 14 millones de euros que el Estado se había comprometido a financiar "por la inacción de la administración anterior del PSOE”.

     

    En ese sentido, el líder de CC mostró una carta de la Dirección General de Agricultura del Gobierno de Canarias, fechada el 29 de agosto de 2023, que aclaraba al recién nombrado Presidente del Cabildo de CC, Oswaldo Betancort, que en diciembre de 2022 el Consejo de Administración de Seiasa había aprobado el "Convenio regulador para la financiación y construcción, entrega, recepción y seguimiento medioambiental de las obras de modernización y consolidación de los regadíos del Consorcio del Agua de Lanzarote, en los términos municipales de Tinajo y Teguise". Es decir, que estaba todo preparado para construir esa desaladora de agua en La Santa, además de una balsa y un molino eólico, entre otras infraestructuras que permitirá saciar con agua buena la secas tierras de cultivo de esa zona.

     

    Según Oswaldo Betancort la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias reclamaba en ese escrito, fechado en diciembre del 2022, al Cabildo y al Consorcio del Agua, que gestionaba el PSOE de Dolores Corujo, que enviaran los borradores anexos para que Seiasa pudiera culminar el expediente y comenzar las obras.

     

    Según la Consejería de Agricultura después de varias gestiones realizadas con el Cabildo de Lanzarote de Dolores Corujo, no se obtuvo ningún resultado y seguían sin enviar esos anexos solicitados por lo que la Presidencia de Seiasa remitió en 8 de mayo de 2023 (días antes de las elecciones locales) un oficio a la Presidencia del Cabildo de Lanzarote donde le requería por enésima vez la documentación solicitada en diciembre de 2022 dándole un plazo de diez días.

     

    Transcurrido ese plazo, señala la misiva de la actual Dirección General de Agricultura dirigida a la nueva administración, al no haber respondido el Cabildo de Lanzarote, se da por caducado el expediente definitivo, por no haberse podido firmar el convenio con la empresa pública Seiasa para la ejecución de las obras.

     

    Ahora, gracias a las gestiones realizadas por la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias y el propio presidente del Cabildo de Lanzarote, Oswaldo Betancort, el Ministerio de Agricultura ha logrado encajar ese proyecto de la desaladora de La Santa en la tercera fase de ese Convenio Marco para realizar obras de regadío de interés general en España (anteriormente esos 14 millones perdidos correspondían a la segunda fase, y fueron invertidos en otros proyectos ajenos a la isla que sí habían cumplido los trámites exigidos).

     

    En definitiva, se retrotrae el proyecto a la fase de finales de 2022, se retrasan las obras, pero, al menos, se recupera ese proyecto tan importante para el regadío de las fincas agrícolas de la zona que venían reclamando agua desde hace años.

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