PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

El renacer de Las Salinas de Janubio

La aprobación de la restauración de sus molinos centenarios otorga una nueva vida a esta espectacular instalación

 

  • Lancelot Digital
  •  

    Estos dos molinos de viento ubicados en las Salinas de Janubio, en el municipio de Yaiza, son el símbolo de la historia que hay detrás de esta espectacular instalación salida del ingenio de lanzaroteños.

     

    Su estado ruinoso obligaba a la propiedad a restaurarlos, pero el alto valor patrimonial requería de numerosos permisos. Esta semana, finalmente recibía luz verde de Costas, último trámite para la recuperación, y ahora se podrá proceder a la restauración.

     

    Carlos Padrón, propietario de Salinas de Janubio, explica la esencia de los molinos. “Son únicos en Lanzarote por la planta de piedra que tienen. Puesto que estamos desarrollando visitas guiadas desde hace tiempo, queríamos restaurar los molinos marinos”, afirma, explicando la importancia que tiene para ellos el proyecto y todo lo que han tenido que hacer para ponerlo en marcha. “Nos hemos dirigido al Cabildo, a Patrimonio y a Medioambiente, obtener los informes e informar, y al Ayuntamiento de Yaiza, que es quien da la licencia. Pero no nos podemos olvidar que al estar en la ribera del Charcos estos molinos necesitaban también la autorización previa de Costas. La hemos obtenido, esta misma semana, y la concesión para actuar en esta obra de rehabilitación”.

     

    El abuelo de Carlos Padrón fundó este portento de la ingeniería y con su hijo, también en la empresa, se alcanza la cuarta generación al frente de la que quizás sea la empresa lanzaroteña más antigua. “Estas salinas arrancan desde 1895 y son,  posiblemente, una de las empresas más antiguas de Lanzarote y posiblemente una de las de Canarias. Nunca han dejado de producir, con épocas mejores y peores”, y añade. “Cuando Lanzarote cambió de modelo económico y pasó al turismo, el sector Primario se abandonó y las salinas notaron el cambio, pero nunca hemos dejado de producir y vender sal”.

     

    La manera de trabajar la sal es la misma que hace ya más de 100 años. Palas, rastrillos y carretillas. “Nuestra manera tradicional de trabajar es a base de pala, rastrillo y carretilla. No hay otra manera de recolectar y producir la sal”, señala. “No es como otras salinas. Reivindico que esto es un producto gastronómico de alta calidad y estamos en el sector primario como cualquier otro producto alimentario. No somos un producto minero, ni industrial”.

     

    Esta restauración ha sido una vieja demanda, sobre todo, tras la implantación de visitas guiadas a turistas, residentes o escolares.

     

     

     

    La belleza de la estructura ha convertido a las salinas de janubio en uno de los centros turísticos privados de la isla, pero lo que no se debe olvidar es el factor gastronómico y gourmet, de esta sal que almacena cantidades ingentes pero que podría producir aún mucho más.

     

     

    Comentarios (6)