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José Luis Aparicio: “Sufriremos más olas, pero de menor intensidad gracias a las vacunas”

 

El gerente del Hospital Doctor José Molina Orosa hace balance de cómo ha sido la sexta ola de covid en la isla

 

  • Lancelot Digital
  • Jesús Betancort
  •  

     

    -En términos generales, ¿cómo ha sido la sexta ola de covid? ¿Peor que las anteriores?

    -Cada una de las olas ha sido diferente a las demás, y sus peligros y los retos que nos han lanzado también han sido diferentes.  En concreto, lo que ha caracterizado a la sexta ola ha sido su contagiosidad.  Si consideramos el día 1 de diciembre de 2021 como fecha de inicio de la misma, hasta ese momento en Lanzarote se habían registrado un total de 7.365 casos.  A fecha de hoy, 23 de febrero de 2022, terminando ya de surfear esta última ola, los casos totales registrados en la isla ascienden a 19.028.  Esto es, la sexta ola ha provocado por sí misma más casos que todas las previas restantes juntas. En concreto, el 61% de los casos registrados corresponden a la sexta ola y el 39% restante al resto de las olas previas.

     

    ¿Cuál ha sido el peor momento en la isla?

    -Desde un punto de vista de la gestión, los peores momentos se han dado cada vez que alguno de nuestros hospitales, el Hospital Universitario Doctor José Molina Orosa (HUDJMO) y el Hospital Insular de Lanzarote (HIL), o alguna residencia de ancianos ha sufrido algún brote.  Estos lugares presentan una doble condición que los hace especialmente vulnerables:  En primer lugar, en ellos se da una concentración de pacientes y/o residentes ancianos y/o con vulnerables.  En segundo lugar, esos pacientes son atendidos por trabajadores cualificados difíciles de reemplazar si enferman y deben permanecer en casa.  Así, una dificultad propia de esta ola fue que, en una de las semanas de la misma, sufrimos aproximadamente 300 bajas laborales (entre coronavirus y otras causas), lo que supone una merma del 10% de la plantilla, cifra enormemente superior a la tasa de ausentismo habitual.  A esto hay que sumar además que por esas fechas las listas de contratación de algunas categorías como por ejemplo enfermería estaban vacías, es decir, no había en la isla ninguna enfermera más que contratar y las direcciones de enfermería tuvieron que hacer un auténtico encaje de bolillos con los recursos humanos disponibles para poder garantizar la continuidad de la asistencia. Desde un punto de vista humano, los peores momentos son sin duda cada vez que fallece alguna persona.

     

    -¿Cuántas muertes se han producido en la sexta ola?

    -A fecha de hoy, los fallecimientos registrados por coronavirus en Lanzarote ascienden a 69 personas, de los cuales 15 corresponden a la sexta ola.  La mortalidad de la sexta ola es del 0,8 por mil casos registrados y la mortalidad media del resto de las olas del 7,2 por mil casos registrados.  Por tanto, la mortalidad de la sexta ola es aproximadamente 9 veces inferior que la mortalidad media registrada previamente. El número aparentemente grande de fallecimientos en esta última ola no obedece a que el Ómicron sea más agresivo o letal, que no lo es, sino a su enorme capacidad infectiva que provoca un mayor número de casos y a mayor número de casos, mayor número de complicaciones y de muertes en números absolutos, aunque el riesgo real de padecerlas sea inferior.

     

    -¿Se ha visto tan tensionado el Hospital como se temían?

    -La enorme infecciosidad de la sexta ola habría provocado inexorablemente una catástrofe sanitaria sin precedentes en la isla y en el mundo entero sin que nadie hubiera tenido ninguna posibilidad de evitarlo, pero afortunadamente no fue así gracias a que la población se encontraba mayoritariamente vacunada y eso produjo que esta enorme ola, este tsunami, llegara atenuado en cuanto a gravedad y mortalidad.

     

    -¿Cuál fue el número máximo de pacientes ingresados?

    -En la sexta ola, el día en que mayor número de pacientes tuvimos ingresados por Covid correspondió al 25 de enero de 2022.  Ese día teníamos 33 personas ingresadas en el Molina Orosa, 15 en el Hospital Insular de Lanzarote y ninguna en la UCI.  Por tanto, algo de tensión se sufrió en esos días, pero inferior a la generada por otras olas, sobre todo las primeras.

     

    Sin embargo, esta ola se cebó especialmente en la Atención Primaria, especialmente por la enorme demanda de tests de diagnósticos, en su mayoría injustificados, a que fue sometida en días claves de las fechas navideñas.

     

    -¿Cree que habrá pronto una próxima ola y se podrá usar el hospitalito en las siguientes?

    -Es muy probable que sigamos sufriendo olas, pero de menor intensidad y gravedad gracias a la protección de las vacunas. Recordemos que las vacunas disponibles hasta el momento previenen claramente que la infección se convierta en grave y también reduce su mortalidad. Igualmente es muy probable que el coronavirus acabe comportándose de manera similar a como lo hace la gripe o el VRS, que también son virus respiratorios que nos afectan todos los años y por los que se vacuna, desde hace mucho tiempo, a las personas vulnerables para evitar que se infecten o, en caso de que lo hagan, no enfermen gravemente.

     

    Pero lo anterior es una hipótesis y si algo nos ha enseñado esta epidemia es lo imprevisible que puede ser y que debemos estar preparados para lo peor, aunque después. Afortunadamente. no ocurra. En ese sentido se está construyendo el Edificio para Enfermedades Emergentes (EEE).  Esta infraestructura deberá estar operativa en mayo y tiene como finalidad estar mejor preparados frente a nuevas olas de Coronavirus o de cualquier otro virus que nos afecte o en el futuro. 

     

    El EEE también va a permitirnos que la actividad rutinaria del Molina Orosa no sea tan vulnerable al devenir de las olas.  En este momento cualquier ola, aunque no sea muy grande, nos obliga a usar parte de la Planta de Cirugía como planta COVID.  Y aunque ya hemos recuperado la actividad quirúrgica prepandémica, emplear dichos recursos para COVID significa una dificultad y una limitación para seguir incrementando nuestro rendimiento quirúrgico y las listas de espera.

     

    -¿Se ha aprendido algo de esta pandemia?

    -Se han aprendido muchas cosas.  Por ejemplo, se ha reafirmado el valor de la Sanidad Pública como garante de la salud de todos. 

     

     

    “No se ha prestado excesiva atención al covid”

     

    -¿Es cierto, tal y como se ha dicho que la excesiva atención al Covid ha perjudicado la atención a del Servicio Canario de Salud a otras enfermedades?

    -No es correcto que haya habido excesiva atención al covid.  Al Covid se le ha prestado la atención que requería cada momento. No es lo mismo la situación actual que la que teníamos a principio del año pasado, con 25 pacientes covid ingresados en la UCI y el personal extenuado. Además, el propio virus dificultaba la atención de otras patologías.  Por ejemplo, el riesgo de cualquier intervención quirúrgica aumenta si el paciente está infectado. Es cierto que el Coronavirus a fecha de hoy todavía nos resta camas que habitualmente se usan para otras patologías, pero, como siempre, se trata de priorizar. La mayoría de las patologías no urgentes que atendemos pueden casi siempre esperar un poco más. En cambio, un señor con una neumonía moderada o grave debe ser ingresado sin demora y así se ha hecho.

     

    Incluso en el peor de los momentos, se conservó la actividad de toda la patología urgente, la oncológica y aquella que, a criterio del médico responsable, aunque no fuera urgente no podía esperar porque ello podría ocasionar secuelas o perjuicio permanente en la salud del paciente. Además, a modo de ejemplo, la actividad de los hospitales de día del del Molina Orosa se ha mantenido durante todo el tiempo a pleno rendimiento.

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