La Graciosa, una isla inolvidable
La octava isla canaria, con apenas 800 habitantes, es un auténtico paraíso para quienes quieren disfrutar de unos días de tranquilidad en plena naturaleza
Con su recién estrenado título oficial de octava isla canaria y apenas 800 habitantes, a nadie se le oculta que La Graciosa es un trocito de paraíso en Canarias. Aguas cristalinas, arenas blancas, una tranquilidad casi de película y unos paisajes únicos constituyen el gran atractivo de esta isla de apenas 29 km² y dos únicos pueblos: La Caleta del Sebo (capital insular) y Casas de Pedro Barba.
Integrada en el Archipiélago Chinijo, junto con los islotes de Montaña Clara, Roque del Este, Roque del Oeste y Alegranza, forma parte del municipio de Teguise en Lanzarote y su economía ha estado históricamente centrada en la pesca y, desde hace unas décadas, también en el turismo.
No se puede ofrecer un solo motivo para visitar la octava isla porque no sería suficiente: la gastronomía, el descanso, las playas…
Para acceder a La Graciosa hay que hacerlo desde un barco que sale del Puerto de Órzola, con una de las dos compañías que ofrecen el trayecto: Líneas Marítimas Romero y Biosfera Express. El precio del trayecto de ida y vuelta en ambas es idéntico: 20 euros. Las salidas se realizan a diario cada media hora. Pero además de estas líneas regulares y diarias, se pueden contratar excusiones privadas en catamarán o en barco y realizar un recorrido por la costa graciosera que incluye baños en sus playas.
Una vez allí, encontrar alojamiento es relativamente sencillo, hay varios hostales y pensiones y numerosos apartamentos. Eso sí, es aconsejable reservar con tiempo para evitar quedarse con las ganas.
Hay dos cosas imprescindibles que meter en la maleta a la hora de hacer el equipaje para disfrutar de La Graciosa: buen calzado para recorrer la isla, ya sea a pie o en bicicleta y un bañador para disfrutar de las playas.
Recorrido por sus playas
La playa de La Laja se encuentra situada justo en Caleta de Sebo. Posee una zona de fondeo. Dispone de paseo marítimo.
La playa de Las Conchas mide 610 m. de largo y tiene 80 m. de ancho medio. Playa y vistas espectaculares. Está situada en una zona rústica y aislada y se accede a ella a pie.
La playa del Salao mide casi dos km. de largo y guarda un ancho medio, entre marea alta y marea baja, de 20 m. Está ubicada en un paraje rústico y aislado, al que se accede a pie, es de fina arena blanca y posee unas aguas tranquilas. Cuenta con equipamientos, desde camping a duchas y aseos.
La playa de la Francesa se ubica en un paraje virgen y aislado, al que se llega a pie. Cuenta con una zona de fondeo.
La playa de La Cocina, como la mayoría de las playas de La Graciosa, se encuentra en un paraje virgen y aislado, que hay que salvar a pie.
La playa de la Lambra está situada en un paraje virgen, como la mayoría de las playas de La Graciosa, está aislada y se llega a pie.
La Playa Caleta de Arriba. Situada en un paraje virgen y aislado, mide 55 m. de largo por 10 m. de ancho medio, es una playa ventosa, pero de aguas tranquilas. Combina su fina arena blanca con picón y carece de servicios.
La mayor Reserva Marina de Europa
La isla de La Graciosa se enmarca dentro de la Reserva Marina del Archipiélago Chinijo y es, con 70.700 hectáreas, la mayor reserva marina de Europa y un área de excepcional valor paisajístico. Un factor determinante de su riqueza natural es el entorno marino que lo circunda, que desde el punto de vista biológico, es uno de los más ricos y variados de Canarias. Hasta el momento se han catalogado 304 especies de macroalgas marinas, lo que representa un 53,15% de la flora total del Archipiélago Canario y es la zona de las Islas con mayor índice de diversidad de especies de macroalgas.
Comer, beber, disfrutar
En La Graciosa hay numerosos restaurantes en los que degustar su excelente gastronomía que no difiere en absoluto de la del resto de Lanzarote y que destaca por la frescura y la calidad de sus ingredients. Puesto que lleva años subsistiendo de la pesca, el pescado fresco (vieja, bocinegro, burro, mero, sama, abae…) es la mejor opción, acompañado de unas papas arrugadas, mojos y vinos de Lanzarote, pero también el sancocho, el caldo de pescado, el pulpo, los burgaos o las lapas a la plancha son otras muchas opciones nada desdeñables.
