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Ofensiva contra los camelleros de Uga

 

La Fundación medioambientalista Franz Weber pone en tela de juicio los históricos paseos a camello en Las Montañas del Fuego

 

  • Lancelot Digital
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    Nos lo temíamos, las imágenes de un camello de tres años y medio en aprendizaje para cargar a turistas en el Parque Nacional de Timanfaya están siendo utilizadas por asociaciones y fundaciones naturistas para acabar con los históricos paseos en Las Montañas del Fuego.

     

    La Fundación Franz Weber, nombre del activista medioambiental suizo que la creó en 1975, ha instado a las administraciones locales, según señala en un comunicado, a que pongan fin a los paseos en camello, y valora presentar una queja ante el Ministerio de Transición Ecológica por el trato que reciben algunos de esos animales en el Parque Nacional de Timanfaya.

     

    Dice el comunicado de los conservacionistas que “a raíz de las imágenes virales, (en referencia al video grabado por unos turistas) ninguna administración ha tomado nota en tres años”, que es el tiempo, señalan, que llevan denunciando lo que consideran una “explotación” de estos animales.

     

    De ahí que pidan al Cabildo y al Ayuntamiento de Yaiza “propuestas alternativas en el transporte lúdico de turistas, que pasarían por un programa de mejora de empresas y garantías laborales que posibilite una reconversión del sector”, dice el comunicado.

     

    Desconocimiento de la cultura camellar

     

    Los elegantes camellos canarios paseando en fila india tranquilamente a los turistas es una de las imágenes icónicas de Lanzarote que ha recorrido todo el mundo. Es uno de los principales atractivos del Parque Nacional de Timanfaya que se viene haciendo antes de la declaración de Espacio Protegido de la zona.

     

    El desconocimiento de la cultura camellar de Lanzarote en la que este animal fue pieza fundamental del paisaje agrícola, la aprobación de leyes bien intencionadas, pero desacertadas o cuestionables en muchos aspectos, y el abandono y alejamiento del mundo rural, provoca que una actividad reglada, controlada y que no perjudica al camello, se vea como algo negativo y degradante por una opinión pública excesivamente sensibilizada.

     

    La Asociación de la Cría del Camello canario, que defiende la preservación de esta especie en las Islas, siempre ha luchado por dignificar la actividad del camello, que nunca ha estado tan cuidado como ahora. Por una práctica inadecuada de aprendizaje que captó un móvil y que han condenado desde esta Asociación y por la que el camellero ya ha pedido perdón, no se puede descalificar a un colectivo que cada año mejora las condiciones de los dromedarios lanzaroteños.

     

     

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