¿Sabe cuánto cuesta cada contenedor quemado a las arcas públicas?
Lanzarote arrastra una media de un contenedor quemado al día en el último año
Los Bomberos de Lanzarote han vuelto a tener un fin de semana intenso en San Bartolomé. Si los últimos episodios pirómanos se habían producido en Arrecife, esta vez, los vándalos se han desplazado a otro municipio.
Enrique Espinosa, gerente del Consorcio de Seguridad y Emergencias, señala que “este fin de semana tocó en el municipio de San Bartolomé y, además, en el mismo pueblo. Ya se han producido más veces, los actos vandálicos parecen haberse pasado a esta zona y a la de Teguise, pero nunca se sabe dónde va a tocar la lotería”, explica, apuntando que en esta ocasión se trató de contenedores de orgánico y de plástico reciclado. “Ahora la Policía Local y la Guardia Civil están investigando este nuevo acto de gamberrismo”.
Este acto ha dejado de ser un hecho aislado para convertirse en una constante en los últimos meses. Algo que preocupa, además de por la seguridad ciudadana, por el gasto que supone a las arcas públicas. “El contenedor tiene un coste económico para las arcas municipales y eso repercute en los impuestos que pagan los ciudadanos del municipio afectado”, señala.
Unos actos vandálicos que suponen un despilfarro de dinero y que pueden llegar a costar “los contenedores de reciclaje cuestan unos 1.100 o 1.200 euros, y los de orgánico, este era pequeño, pero cuestan, según su tamaño, entre 400 y 800 euros”.
A eso hay que sumarle las acciones de limpieza, la movilización de los servicios de emergencias en una plaga pirómana que ha dejado una media de un contender quemado al día en el último año. “Después de la pandemia se produjo una parada y en Arrecife fue, poco a poco, disminuyendo el número de contenedores quemados, pero se han pasado a otros municipios y no queda otra que seguir trabajando para evitar más incendios”, y añade. “Hay que estudiar los patrones que se repiten para poner a estos gamberros a buen recaudo”.
La pandemia restó importancia a estos actos vandálicos, pero con el regreso de la normalidad también vuelven las acciones más reprobables de los ciudadanos en Lanzarote.
