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Moda tejida con hilo

Orquídea Matías consigue, con sus trabajos de ganchillo, auténticas obras de artesanía que muestra cada semana en el mercado de Haría

 

  • Lancelot Digital
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    Armada con dos agujas de ganchillo, Orquídea Matías, es tan capaz de tejer una alfombra, como un vestido, un bolso, una funda de móvil o un pequeño muñeco para los más pequeños de la casa. Esta artesana se dedica al ganchillo, en parte porque en su casa vivió siempre entre artistas de la aguja, pero también porque le resulta muy relajante. “Mi abuela era costurera, mi madre también era costurera y nos enseñó a tejer, a bordar, a hacer ganchillo… mi hermana estudió ‘Diseño de moda’ y tiene su propio taller, pero a mí me gustaba más el ganchillo, y se me daba mucho mejor.

     

    “Yo hacía muchas cositas para regalar porque me gustaba y me relajaba, y la gente me empezó a animar a hacerlo de manera profesional y, hace cinco años, me saqué el carnet de artesana”, explica. “Desde entonces todos los sábados por la mañana participó en el mercado artesanal de Haría”.

     

    Allí es posible encontrarla cada semana, compartiendo stand con otra artesana, y mostrando a los curiosos y potenciales clientes sus creaciones: alfombras, bolsas, mochilas, tops, blusas, fundas de móviles, collares, broches, cestos, monederos y hasta muñecos. “Voy cambiando las creaciones por temporadas”, comenta bromeando. “Las alfombras, de trapillo grueso, las empecé a realizar por reciclar telas… de hecho, la primera la hice con todas las camisetas viejas de mi hija”, afirma, entre risas. “De todas formas, seguí haciéndolas porque lo cierto es que me las solicitaban mucho”.

     

     

    Una de sus últimas propuestas son pequeños pulpitos de ganchillo que son muy demandados entre los más pequeños y en los que puede emplear entre tres y cuatro horas de trabajo”, señala. “Los tiempos son variables porque en muchos trabajos voy echando horas a ratos, cuando puedo y no siempre llevo la cuenta”.

     

    En cualquier caso, Orquídea tiene claro que la artesanía no da de comer, al menos, como único trabajo. “Es bonito, muy relajante, placentero, pero… no está pagado”.

     

    Sus trabajos más caros no exceden los 70 euros, en el caso de algunas alfombras, pero “desde quince euros es posible adquirir un bolsito o una funda de móvil”, señala.

      

    El futuro, pasa por las redes sociales

     

    Orquídea tiene pendiente poner en marcha, junto a su compañera de faenas artesanas, una página de facebook y empezar a plantearse en serio la venta de trabajos y encargos on line. “De momento, únicamente me dedico a las piezas que llevo al mercado artesanal de Haría todas las semanas, algo que no está mal, pero es cierto podíamos vender más”, señala, confesando que tiene que sacar tiempo para plantearse en serio una mayor incursión en las redes sociales.

     

    Esta artesana reconoce que a veces necesita un empujón y mucho ánimo para seguir porque la artesanía es una profesión que no siempre está suficientemente valorada, sin embargo también asegura que le apasiona y que, con las agujas en  la mano, el tiempo se le pasa volando. “Siempre estoy ideando nuevos diseños y pensando en nuevas posibilidades que se adapten bien al hilo”.

     

    Muñecos, como sus pulpitos, alfombras, vestidos, faldas, blusas, gorritos, boinas… y otras muchas propuestas que, si bien ya se le han pasado por la cabeza, aún no se ha atrevido a acometer. A buen seguro que lo hará porque es toda una apasionada de su trabajo.

     

    Una blusa muy laboriosa

     

    Uno de los trabajos al que más tiempo ha dedicado es la realización de una blusa de ganchillo, que lució una modelo en el pase de moda celebrado en la última feria de Los Dolores. “Quedó preciosa, es cierto, no lo niego, pero le dediqué casi un mes, a ratitos, y luego apenas se venden a cincuenta euros… no compensa”, asegura. “Aunque seguro que acabo haciendo más”.

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