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Con motivo del 8 de marzo Día internacional de la mujer

 

Juani Alemán Hernández

 

 

Se acerca el 8 de marzo, día importante en mis recuerdos, llegué a Vladivostok, para ser mamá por segunda vez. Arón, mi hijo mayor allí también conoció; a la que hoy es su esposa y madre de sus hijos. Mucho que celebrar; ese 8 de marzo; allí también se celebraba y era festivo. Durante el viaje iba recordando, una charla que di como docente, sobre ese día a mis alumnas.

 

Les leí la cita de Simone Weil, "La igualdad es una necesidad vital del alma humana. La misma cantidad de respeto y de atención se debe a todo ser humano, porque el respeto no tiene grados", no es cuestión de hombres y mujeres, es cuestión de seres humamos.

 

No somos la talla de nuestro pantalón, la foto de nuestro perfil, el piercing que llevamos, somos las cosas que pensamos, que decimos, los sentimientos que tenemos. No podemos dejar de luchar por nuestros derechos, querer, no es dejar nuestro móvil para que husmeen nuestros mensajes, que no nos cosifiquen, que nuestro mejor amigo, no sea el miedo, ese que nos hace humillarnos y perder nuestra libertad. Una mujer puede verse en el suelo, pero tiene una gran capacidad para volver a reconstruirse y seguir. No deberían existir barreras, ni cerraduras que puedan coartar nuestra libertad. El  “vamos a esperar, a ver si cambia” nos hace perder nuestro maravilloso tiempo, lo único que no se recupera.

 

La explotación sexual, la diferencia salarial por ser mujeres, que aún sigue vigente en muchos lugares, el preguntar, cuando vamos a un trabajo si tienes o no niños, todos esos tópicos ridículos, tenemos que aniquilarlos. La insolvencia económica han sido cadenas y esclavitudes para nuestras mujeres, en el pasado. Los eslabones, que son hoy nuestros conocimientos, nos han hecho ser más libres.

 

No quiero una rosa camuflada de amor; para disculpar un daño, porque la siguiente flor, será en un lugar donde no existiré más. Por todas; y cada una de las mujeres que sufren; alzo mi mano para gritar.

 

A erguir la cabeza y mirar de frente. Nací de un hombre y una mujer que se amaron mucho, he intentado inculcar a mis hijos el respeto y los valores, para respetar y no olvidar que han estado en el vientre de una mujer.

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