PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Los contextos

Por Francisco J. Chavanel

 

 

1.- La llamativa aparición del fiscal anticorrupción en el caso Unión

 

Luis del Río, fiscal anticorrupción de Canarias, nombrado como tal por Juan Fernando López Aguilar cuando era ministro de Justicia, acaba de solicitar a la jueza del “caso Unión”, Silvia Muñoz, que incorpore al sumario la totalidad de los informes de la jueza que sustituyó al primer  instructor, César Romero Pamparacuatro, por entender que el denominado “informe Barrancos” puede ser descontextualizado .

 

Se refiere Del Río a que la jueza Lucía Barrancos, además de su célebre informe entregado en 2011 al TSJC y al CGPJ, que ni siquiera fue registrado por Antonio Castro Feliciano, y escondido en un cajón por Carlos Dívar, todos nombrados en su día por el gobierno de Zapatero, envió otras comunicaciones a sus superiores lo que induce al fiscal a creer que “el mismo valor tendrán unos como otros –los informes-, máxime si existen otros que completan su contenido”.

 

Por citar algunos contextos. El fiscal que lleva el caso desde 2010 se llama Javier Ródenas; sin embargo quien envía la solicitud a la jueza es el responsable de Anticorrupción, el cual, hasta ahora, no había tenido protagonismo alguno en el asunto. ¿Por qué no actuó Rodenas? ¿Tal vez porque en su informe Barrancos le señala como alguien que conocía perfectamente las abundantes lagunas de la instrucción tras “diecinueve horas” de  conversación y, pese a ello, se mantuvo en un largo y espeso silencio a sabiendas de las irregularidades cometidas?... ¿Por qué esa Fiscalía, a través de su fiscal jefe, Guillermo García Panasco, se compromete a “ser la garante del caso”, cuando Pamparacuatro la tuvo desinformada durante un año y medio, cuando la instrucción fue cosa del juez, y cuando esa misma instrucción es un galimatías de tal calibre que requiere de tantas operaciones quirúrgicas como de valentía, incluso de osadía, para intentarlo?

¿Qué ha pasado con esas intervenciones quirúrgicas que afectan a archivos que no están; a documentos que no se firmaron a la hora de detener ciudadanos, pincharles los teléfonos, registrar sus casas y sus empresas; a grabaciones que pudieron ser falsificadas; a grabaciones originales que se ignora dónde están; a la actuación personalísima de la UCO, que tuvo unas cuantas pruebas en su poder en su sede de Madrid; al ingreso de 3.000 folios desaparecidos por la puerta de atrás, sin consentimiento alguno por parte del secretario?

 

En ese contexto: ¿por qué la Fiscalía comprometió su prestigio reconstruyendo un cadáver cuyas facciones estaban completamente irreconocible, hasta el punto de suplantar al instructor y buscar de manera obsesionada, casi enfermiza, una serie de condenas de ciudadanos, utilizando para ellos métodos como mínimo discutibles dentro de un estado de derecho. También en ese contexto se comprende perfectamente porque el informe Barrancos fue convenientemente “desaparecido”, ya que se necesitaba tiempo y silencio para las distintas operaciones de cirugía estética.

 

2.- Después de tapar el informe Barrancos, ahora la Fiscalía intenta desnaturalizarlo

 

El fiscal Del Río trata de convencernos de que tienen el mismo valor el informe Barrancos, que delata el anarquismo y el caos de una instrucción de clara matriz política, y que fue rescatado de la purga gracias a la intervención del Tribunal Supremo, que otras dos comunicaciones posteriores de la jueza, que pasaron desapercibidas en su momento hasta para ellos.

 

En la primera comunicación Barrancos reclama ayuda y refuerzo para un sumario de 30.000 páginas, cosa lógica después de haber descubierto la obra magna de Pamparacuatro y del fiscal Stampa, y de sentirse abrumada y completamente superada por los acontecimientos, de estar pensando en qué clase de infierno habían ido a parar sus jóvenes huesos de jueza en su primer destino.

 

La segunda comunicación destaca que ha habido “avances” (en la reconstrucción del caso), y que todos ellos contaron con el respaldo del fiscal Ródenas… (Aquí no sé yo si le hace un favor o es éste el contexto por el que el citado no reclama estas comunicaciones a la jueza Muñoz).  Como ven son dos comunicaciones que dentro del “contexto” resultan extraordinariamente “sólidas” para explicar, supongo, que Barrancos dejó el caso antes de irse a Durango prácticamente enfilado, circunstancia que debiera convertirla en cómplice de todo lo que ocurra en el futuro… No lo sé, desconozco si ese es el “contexto” que interpreta Del Río, o si lo que quiere decir es que Barranco se fue de Lanzarote completamente arrepentida de haber redactado su informe, de las molestias causadas, del “arrebato” de locura que la condujo hacia la crueldad de retratar un tremendo disparate de unos colegas. En ese contexto, tanto Del Río, como la Fiscalía, no debieran olvidar que el informe Barrancos ha tornado la opinión del CGPJ, el cual, en plena canícula, en mes inhábil, determinó abrir expediente contra el juez Pamparacuatro por su manera arbitraria de proceder en el “caso Unión”.

 

Lo que se nota y mucho es la despiadada manera que tiene esa Fiscalía en conseguir que la media verdad se parezca a la verdad.  Y cómo le encanta cargar de antemano contra los imputados, buscando su liquidación social, sin el menor complejo y sin la menor autocrítica a sus influyentes actuaciones.

 

El contexto es que esta semana tomó posesión el nuevo presidente del TSJC, Antonio Doreste, y que en un acto poblado de altas personalidades de la Judicatura, entre ellos varios magistrados del Supremo y el presidente del CGPJ, se notó la ausencia de Torres-Dulce, fiscal general del Estado. Como pretendo contextualizar de manera precisa su llamativa ausencia doy por hecho que tenía algo más importante que hacer, por lo que no está conectada con diferentes discrepancias que tiene el jefe con sus subordinados de la provincia de Las Palmas.   

 

 

Condena a Lancelot Digital y a D. Francisco Javier Chavanel Seoane por lesión del derecho al honor de D. César Romero Pamparacuatro

Descargue AQUÍ la sentencia

Comentarios (21)