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Nuevo “cortocircuito” en el Puerto de Arrecife

Por Antonio Coll

 

 

Fue la ministra española de Fomento, Ana Pastor, quien manifestó, en una visita a las islas, que: “La inversión en el muelle de Los Mármoles de Arrecife es prioritaria”. Las declaraciones fueron realizadas en octubre del año pasado. El 22 de julio de este año, el Consejo de Administración de la Autoridad de Las Palmas, presidido por el socialista Luis Ibarra, aprobó la ampliación del muelle, con un presupuesto cercano a los 26 millones de euros. Bien es sabido que, desde hace muchísimo tiempo, Lanzarote viene reivindicando y reclamando la ampliación del dique de Los Mármoles, así como el contradique de cierre, para evitar o minimizar la inoperatividad del Puerto, cuando se producen vientos de componentes sur.

 

Cuando escribo esta crónica, 25 de septiembre, las obras aún ni siquiera se han licitado. Fuentes de la propia Autoridad indican que dicha incidencia se debe al aumento del presupuesto y, para ello, tiene que contar con el visto bueno del Ministerio. Es decir que el pliego de condiciones para licitar las obras se retrasa por un mero trámite, que, en principio, vuelve a mosquear ya que una infraestructura de primer orden y prioritaria, se demore por una cuestión que, considero, tenía que estar prevista. Ahora hay que esperar a que se reúna el Consejo de Administración de Puertos del Estado para superar el citado trámite. En este país, la burocracia nos quema. Ya en el Plan Especial del Puerto de Arrecife, el famoso PEPA, en vigor, gracias a una sentencia del Supremo, se “perdió” una inversión de 100 millones de euros para construir un muelle de cruceros en Puerto Naos, para el atraque de tres buques. Para compensar, se construyó un dique, que actualmente es casi inoperativo por la escasez de metros de atraque, profundidad y abrigo. El proyecto de la segunda fase, es posible que se construya, en este siglo. Todavía quedan 85 años y 3 meses.

 

Ya nos hemos acostumbrado a tanta parálisis y desidia que poco o nada nos sorprende. Lo que yo no entiendo es porqué en las demás islas, la mayoría de las infraestructuras e inversiones públicas siguen su curso normal y en Lanzarote, cualquier obra o proyecto, tenga o no el calificativo de “interés general y prioritario”, se demore en tiempo y forma. Aunque lo peor es cuando los proyectos anunciados se dejan en el “baúl de los recuerdos”. Sirva de recordatorio el Islote del Francés; el Islote de la Fermina; el Palacio de Congresos, la ampliación de la pista de Guacimeta…

 

La modificación del Plan Especial de la Geria, aprobado recientemente, de forma incomprensible, no contempla la ampliación de las bodegas, circunstancia prioritaria, demandada por el Consejo Regulador y los viticultores. Nadie se explica la lentitud de este proceso, cuando es la razón de ser para mantener, en condiciones óptimas, el Paraje de La Geria y su explotación agrícola.

 

Aquí todo es “No sé…, tal vez… ¿Quién sabe? Como los puntos suspensivos, en Lanzarote, todo es suspense, dudas, dificultades. Encontrar una solución razonada se convierte en “expectación”, cuando no, en eternización. Se improvisa en demasía y no se abordan los problemas o los proyectos, en su integridad, para su culminación definitiva. El compromiso del Gobierno de Canarias de añadir un carril más en la carretera Tahiche-Arrecife, para evitar atascos, finalmente, no se va a ejecutar. Y solo se trataba de 50 metros. Es un ejemplo más de la escasa influencia de la clase política lanzaroteña, en el ámbito autonómico. Nos ordeñan con impuestos de toda clase, pero al final nuestro dinero se emplea en otros lugares. Por ejemplo, en Arrecife, según el PP, cada ciudadano abona 447 euros de impuestos y recibe sólo 67 euros de inversión. Son muchas y poderosas las razones para encontrarnos indignados, cabreados y hartos de promesas incumplidas.

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