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Pan para hoy y hambre para mañana

 

Por Juan Miguel Aguiar Cubells, candidato al Cabildo de Lanzarote

 

El modelo de “TODO INCLUÍDO” proliferó hace décadas en destinos lejanos y exóticos en donde las playas vírgenes estaban lejos de los servicios complementarios. En muchos casos las condiciones higiénicas fuera de los complejos hoteleros convirtieron el modelo en imprescindible. Este modelo turístico también se asentó en costas norteafricanas y playas turcas, para compensar la falta de seguridad y garantías en estos países. Evidentemente no es el caso de Lanzarote.

 

Con el “TODO INCLUÍDO” el turista no saldrá del hotel a no ser que esté dispuesto a añadir un gasto adicional al presupuesto inicial.

 

De ese gasto extra se beneficiaban restaurantes, bares y comercios de las zonas turísticas. Ahora quienes ofrecen estos servicios serán los propios establecimientos del alojamiento, y quienes recaudarán el importe del gasto serán los tour-operadores del país de origen.

 

El “TODO INCLUÍDO” implica una reducción en la personalización del servicio. Esto deriva en que se requiere menos personal, lo cual implica un efecto negativo para la tasa de empleados de un determinado destino. La falta de personalización y la reducción de calidad en materia prima e infraestructuras, entre otros motivos derivan en que el cliente perciba nuestros establecimientos y por lo tanto nuestros destinos, como de baja calidad.

 

Se ha podido determinar una asociación entre caída de salarios y proliferación del “TODO INCLUÍDO”. Falta de incentivo económico (desaparición de las propinas), así como la necesidad de ajustar el gasto y rentabilizar un modelo que se basa en márgenes estrechos y amplio volumen. (Tourism Intelligence International 2000).

 

La oferta complementaria se empobrece por tener que competir por el precio más barato, debilitando la imagen del destino.

 

Los datos de gasto no parecen señalar al sector hotelero como el beneficiario de este tipo de oferta. Diversos estudios consideran que el “TODO INCLUÍDO” supone una imposición de los Tour-operadores a los hoteles, para resolver problemas de ocupación y evitar ofertas complementarias especialmente caras.

 

Entre las medidas de VOX se encuentra la de “Anteponer las necesidades de España y de los españoles a los intereses de oligarquías, caciques, lobbys u organizaciones supranacionales”. Por lo tanto, VOX se compromete a mediar en la negociación entre el sector hotelero local y los Tour-operadores, que ejercen condiciones oligopolísticas para imponer este modelo de oferta. El desplazamiento de parte del flujo de rentas desde destino hacia origen, estaría contraviniendo uno de los objetivos del turismo como palanca de desarrollo de un destino: “Que los beneficios recaigan sobre las comunidades locales”.

 

En ningún caso se puede hablar de “proteccionismo de ciertos negocios de oferta complementaria”.

 

El servilismo de algunos gobernantes con los Tour-operadores no puede estar jamás por encima del sentido común. O nos concienciamos de que el “TODO INCLUIDO” es un modelo fallido o será “pan para hoy y hambre para mañana”.

 

Juan Miguel Aguiar Cubells, candidato al Cabildo de Lanzarote

 

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