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Praga, la ciudad dorada

Patrimonio de la Humanidad desde 1992, su belleza y su historia la convierten en una de las veinte ciudades más visitadas del mundo

 

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    Praga es la capital de la República y de la región de Bohemia. Situada a orillas del río Moldava, tiene aproximadamente 1,2 millones de habitantes, lo que la convierte en la ciudad más poblada del país. Desde 1992 el casco histórico de la ciudad es Patrimonio de la Humanidad. Su belleza y patrimonio histórico la convierten en una de las veinte ciudades más visitadas del mundo.

     

    Praga es también conocida como La Ciudad de las Cien Torres o La Ciudad Dorada.

     

     

    Visitarla es como introducirse en un cuento de hadas, las calles parecen creadas para el simple disfrute de los sentidos y las tiendas están decoradas con el mayor mimo imaginable. El marcado ambiente medieval que envuelve la ciudad es capaz de hacer retroceder a sus visitantes hasta tiempos inmemoriales.

     

    La ciudad de Praga tiene tres grandes zonas de interés para los visitantes: por una parte, Stare Mesto, el centro de la ciudad, situado al este del río Voltava, que conserva todo el encanto de la ciudad antigua. Por otra, la zona de Mala Strana y el Castillo, en la orilla oeste del río, con el complejo monumental del Castillo que domina todo el centro de la ciudad y sus pequeñas callejuelas pintorescas. Y, finalmente, queda Nove Mesto y el resto de los barrios de la ciudad, la zona moderna de Praga.

     

    Stare Mesto es la zona turística por excelencia de Praga, compuesta por un pequeño laberinto de callejuelas pequeñas e irregulares, que tiene como centro la Plaza del Antiguo Ayuntamiento o Staramestske Namesti, y que conserva entre ellas la esencia clásica de la ciudad y también los restos de la importante presencia judía.

     

    La Plaza del Antiguo Ayuntamiento es el centro de la Stare Mesto. Se trata de una gran explanada dominada por dos grandes edificios que alzan sus torres al cielo de Praga: el Antiguo Ayuntamiento y la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn. A su alrededor, aparecen otras pequeñas iglesias y edificios señoriales, como la iglesia de San Nicolas. También, aunque algo arrinconado en un lateral de la Torre del Antiguo Ayuntamiento, la Plaza es conocida por su pintoresco reloj astronómico, que cada hora tiene una sesión de carrillón que reune a grandes grupos de turistas.

     

    Las callejuelas de la Stare Mesto albergan, también, lo que queda de la importante tradición judía de Praga en forma de cementerio, museo y varias sinagogas. El punto principal de la Praga judía es el antiguo cementerio, una sucesión de lápidas apiñadas y desordenadas cuyo último enterramiento data del siglo XVIII.

     

    A pocos pasos del mismo, se encuentra el museo judío y un par de sinagogas, aunque la más notable de las sinagogas del centro de Praga es la llamada Sinagoga Española, con un interior en madera tallada con decoración que hace pensar más en algunos edificios árabes que en un espacio religioso judío.

     

    Mala Strana y Castillo

     

    El Puente de San Carlos es sólo uno de los varios que separan las dos orillas del río Voltava, pero su carácter peatonal, su estructura de piedra y las estatuas que lo decoran lo hace uno de los puntos turísticos indispensables de la ciudad, siempre frecuentado por paseantes y pequeños puestos de pintores o artículos turísticos y casi siempre abarrotado en los días soleados de verano.

     

    El Puente de San Carlos da acceso a la orilla este del Voltava, donde se encuentran las zonas de Mala Strana y el Castillo. La zona de Mala Strana ocupa las calles que se encentran entre el río y la subida a la colina del castillo y también es muy frecuentado por los turistas que, por una parte, lo tienen como lugar de paso para llegar hasta los monumentos de lo alto de la colina y, por otra, disfrutan de sus cafés y restaurantes o de perderse por zonas algo más tranquilas como la isla urbana de Kampa.

     

    Es un barrio definido por la orografía, ya que está limitado por las colinas del Castillo y del cercano Parque Petrin a una franja de terreno llano junto al río. El punto central de la zona es la Malostranske Nameste, a apenas 300 metros del Puente de San Carlos, que sirve como cruce de caminos de la zona y está dominada por la iglesia de San Nicolás.

     

    Desde allí, podemos dirigirnos a la zona de Na Kampa, una isla urbana ubicada en el río, separada del resto del barrio por un pequeño canal, con calles tranquilas y peatonales y casas bajas, con un pequeño parque en el que sentarnos y descansar y vistas muy interesantes de Stare Mesto desde el río. No es la única isla de la zona, ya que en mitad del río, pocos cientos de metros al sur de Kampa, nos encontramos con la isla de Strelecky, a la que podemos acceder por el puente, para descansar en un pequeño parque con vistas de la Praga más histórica.

     

    En la zona podremos encontrar también otros puntos de interés turístico como el Museo Kafka o la iglesia de Santa María de la Victoria, donde podemos encontrarnos con la pequeña estatua del Niño Jesús de Praga, a la que acuden muchos peregrinos cada año.

     

    Desde las proximidades de la Malostranska Nameste comienza también el larguísimo tramo de escaleras que lleva hasta la zona del Castillo, otro de los grandes atractivos turísticos de Praga.

     

    Sinagogas y cementerio judío de Praga

     

    Sin duda uno de los grandes atractivos turísticos de la zona central Praga es la herencia judía que hay en la ciudad. Entre ellos destaca, sobre todos, el cementerio judío, ubicado en una pequeña parcela en el centro de Praga, alrededor del cual se agrupan varias sinagogas, en un complejo que se conoce como el Museo Judío de Praga.

     

    El cementerio judío es el más antiguo de los que se conservan en Europa y en él se produjeron enterramientos desde el siglo XV hasta el 18. Llama muchísimo la atención la enorme cantidad de lápidas con caracteres hebreos que se apiñan en un espacio tan reducido. El suelo, incluso, esta elevado algunos metros sobre el nivel de la calle, ya que la falta de espacio hacía que fuera necesario poner más tierra sobre las tumbas anteriores para poder seguir haciendo enterramientos.

     

    La vecina Sinagoga de Pinkas es un edificio vecino a este cementerio y, aunque su colección no es especialmente abundante, hay un par de cosas dignas de reseñar. Por una parte, impresiona la cantidad de nombres de fallecidos durante el Holocausto que aparecen en sus paredes y, por otra, llama la atención los dibujos de los niños sobre la vida en los guettos. Entre otras sinagogas cercanas, destacan especialmente la sinagoga Vieja-Nueva, que aún funciona como lugar de culto, y la Sinagoga Española, del siglo XVIII, que cuenta con un interior con techos en madera decorados con arabescos.

     

    Para acceder a los diferentes lugares es necesario adquirir una entrada conjunta que da acceso al cementerio y a todas las sinagogas, menos la Vieja-Nueva, que se paga aparte.

     

    Más información y reservas en VIAJES TIMANFAYA, Calle Méjico 1, Tfno. 928 81 58 00.

     

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