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¿Quieres lucir mantilla con elegancia? ¡Sigue estos consejos y acertarás!

 

Un año más llega la Semana Santa, una de las tradiciones más arraigadas en nuestra cultura popular. Y por ello, una vez más veremos a numerosas señoras vestidas de mantilla, haciendo un ejercicio de elegancia como pocos se ven a pie de calle. Es por ello que queremos hablar de lo que recomiendan los expertos a la hora de lucir este look tan especial, clásico y atemporal al mismo tiempo.

 

¿Cómo hay que peinarse y maquillarse para ir de mantilla?

 

El cabello suelto no admite ningún tipo de sujeción, pero a la hora de ir a la peluquería se debe pedir un recogido bajo o una cola con espacio suficiente para poder colocar la peina entre el moño y la nuca. Aquellas mujeres que tengan el pelo corto pueden optar por un postizo y dos peinecillos a la contra, dejando sitio para ponerse la peina.

 

Es fundamental que la peina esté bien sujeta al cabello. Si no, puede ajustarse mejor con unas horquillas invisibles, aunque con un buen recogido no tendría que haber problema alguno. Por otro lado, es igual importante prestar atención al maquillaje, que debe ser natural y sin estridencias. Tiene que ir en consonancia con la forma en que se maquille la mujer normalmente, así que puedes buscar tus productos de maquillaje online en Perfumes Club y utilizarlos también en una ocasión como esta.

 

Pero como no podía ser de otra forma, las modas y las nuevas tendencias se hacen hueco también en una tradición como esta. En la década de los cuarenta, las mujeres optaban por el traje largo a la hora de lucir la mantilla lo importante es respetar la esencia, por lo que no podremos, por ejemplo, probar con un escote de palabra de honor o una falda corta.

 

¿Y el vestido y los complementos?

 

Se recomienda llevar un vestido mejor que dos piezas, por debajo de la rodilla y sin un escote pronunciado, ya que se trata de una celebración de tipo religioso. Entre los posibles tejidos para esta prenda se encuentran el satén y el crepe, pero sería interesante evitar el encaje para no recargarse demasiado. Cuanto más sencillo y sobrio sea el corte, mejor, si bien son permisibles los lazos del mismo tejido y los drapeados.

 

Las medias deben ser negras y de cristal, y el zapato un tacón medio tipo salón y sobrio, pero nunca sandalias. Los guantes serán siempre negros, en terciopelo o raso por ejemplo, ya que los de rejilla son más recomendables para llevar una mantilla clara. Se puede llevar un bolso pequeño negro, y los pendientes tienen que ser largos, porque son los que mejor le sientan a la mantilla, y por ejemplo de perlas o circonitas.

 

Pueden añadirse otras joyas, por ejemplo una cadenita con una cruz o una gargantilla de perlas finas. Y la medalla de la hermandad tan solo deberá llevarse si se forma parte de la organización en un acto en la Iglesia, pero nunca como complemento.