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Sentido homenaje al camello con Juan Brito y la escultura de Paco Curbelo como protagonistas

La obra del artista lanzaroteño, ubicada en la rotonda entre Femés y Uga, se inauguraba este viernes.

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Lancelot Digital
Fotos: Jesús Betancort
Vídeo: Lancelot Televisión

 

Continuan los actos dedicados al camello dentro de su semana cultural y hoy lo hacían a los grande, como grandes son las esculturas de estos animales que ha realizado el artista Paco Curbelo y que, ubicadas en la rotonda entre Femés y Uga, se inauguraban este viernes.

 

Su creador estaba realmente emocionado. “Primer, un reto a la aceptación del pueblo y luego es un reto también a nivel técnico de dar con las proporciones adecuadas”, explicó.

 

Juan Brito, Hijo Predilecto de Lanzarote, es un buen conocedor y admirador del camello. “El camello ha realizado muchas cosas buenas para Lanzarote. Primero paseó al señorío, luego ayudó al sufrido campesino en su agotador trabajo de sembrar las tierras, recoger las cosechas, transportar toda clase de arena para los cultivos. Un sincero homenaje para un compañero y amigo, porque a él y sólo a él le debemos la belleza de Lanzarote”, contó.

Inauguración Escultura Homenaje al Camello 

Su nieta Zuleima explicó, con una elaborada poesía el arado con el que antepasados trabajaban la tierra, siempre con la necesaria complicidad del camello. Este es mi arado patero, el mejor de todos fue. Surqué las tierras de arena y de jablé barbeché. Con él gané muchos premios, lo que el campesino espera, que vean tus surquerías cuando terminen las tierras”, relató.

 

El actual consejero de Ganadería lleva décadas dedicado a este animal. “Hace más de 25 años que vengo a este pueblo cada semana para el atendimiento médico o sanitario de algún animal de la cabaña. Aquí aprendí gran parte de lo que sé de este animal. La enseñanza a través de la transmision oral d ellos mayores relativa a vocablos, manejo, comportamiento de esta especie, que me dio pie también a tener largas y distendidas tardes con los camelleros”, señaló Paco Fabelo.

 

Sin duda, un emotivo acto digno de la grandeza del animal al que se homenajeaba.

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