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Un día al año para que la atención se centre en los pequeños valientes que luchan contra el cáncer

Con motivo del Día del Cáncer Infantil, Afol se colocaba este viernes en la calle Real para informar sobre cómo viven esta enfermedad en niños y adolescentes, para que los conejeros se solidaricen con ellos a través del lazo dorado

 


Lancelot Digital

Vídeo: Lancelot Televisión

 

El Día del Cáncer Infantil se celebra este domingo y hoy la Asociación de Familias Oncohematológicas de Lanzarote se colocaba en la calle Real para informar sobre cómo se vive esta enfermedad en niños y adolescentes para que los conejeros se solidaricen con ellos a través del lazo dorado. En toda España se pedirá una mejora del tratamiento, así como seguir investigando para que éste sea lo menos tóxico posible y ampliar el acceso a los medicamentos y una mayor protección social.

 

En el caso de una isla no capitalina, los viajes se convierten en una rutina. “Nuetsro hospital de referencia sería el Materno, donde los niños reciben todos los tratamientos y atención sanitaria. Normalmente el niño tiene que trasladarse con su padre o madre, con un familiar, que tiene que dejar de trabajar, separándole además de su entorno familiar y escolar, de amigos... Ellos tienen que ir para allá y normalmente son largas temporadas. Hasta que no se estabilizan no regresan a Lanzarote y luego empiezan los viajes semanales”, explicaba la pedagoga de Afol, Beatriz Ramón Villalba.

 

La reducción de las ayudas y dietas por la crisis no es el único problema. “Existen dietas y ayudas, aunque ahora también contamos con pisos en Las Palmas. Aun así, las dietas no suponen el gasto completo. Ahora se ha unido la situación económica que vivimos y es más complicado, porque las dietas y las ayudas se ven reducidas y un poco es la separación de sus familias, porque se ven desarraigados en ese proceso”, señalaba la trabajadora de la asociación.

 

La energía y la inocencia de los niños provova que lleven su enfermedad mejor que los adultos. “Ellos lo viven de otra forma. Se recuperan muy rápido y no se quejan más cuando se ven más débiles, más malitos, o los efectos secundarios de los tratamientos, pero sí que echan de menos a sus amigos, el cole, y hacen muchas preguntas”, apuntaba Beatriz Ramón Villalba.

 

Cuando llegan a Afol Lanzarote, los niños siguen participando en talleres y actividades, en muchas ocasiones para que sus padres puedan tomar un respiro y para que cademás compartan tiempo con otros chinijos que han pasado por la misma situación.

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