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Una vecina de Playa Blanca y su hijo menor se enfrentan hoy a una orden de desahucio: “Espero que Dios me ayude”


Miembros de la PAH se postran ante la vivienda para intentar frenarlo

 


Yolanda Téllez
Fotos: Jesús Betancort

 

“Estoy mal, muy mal, y no sé que voy a hacer ahora. Espero que Dios me ayude, estoy en sus manos, y que si me quitan la casa, al menos me quiten la deuda”. Así, desesperada, se muestra María Deiva, una vecina de Playa Blanca que este lunes se enfrenta a una orden de desahucio.

 

María, que es natural de Colombia y vive en el número 15 de la calle Cherne de Playa Blanca con uno de sus hijos, de 16 años, contrató una hipoteca en 2004 con el aval de un amigo, que después se marchó a Alemania. “Me dieron 163.000 euros más un préstamo para las escrituras y cuando mi amigo se fue tuve que meter a mi hijo mayo como avalista”, cuenta la afectada.

 

Hasta el año 2011, María asegura que estuvo pagando, pero entonces no pudo hacer frente a la hipoteca. “Intenté negociar con el Banco Santander, pero para negociar me pedían que pagara 5.000 euros. ¿Cómo iba a pagar esa cantidad? Les llegué a decir de pagar 1.000 euros mensuales y nada. Mi hijo mayor enfermó, se le empezó a caer el pelo y y al final se ha tenido que ir a Colombia para poder trabajar. Él tiene una niñita y también le tengo que ayudar”, afirma.

 

Así, se llegó hasta este lunes, día en que está fijado su desahucio. A María, sin embargo, lo que menos le importa es que le quiten la casa. Lo que quiere es quedarse sin deuda. “Tengo una deuda de 34.000 euros y me dijeron que la iban a condonar, pero después me llegó una carta y me decían que no, que tenía que pagar esa cantidad y que lo han venido a un fondo buitre, que no sé ni lo que es. Me han engañado. ¿Cómo voy a alquilar una casa y empezar de cero si debo ese dinero? No tengo nada”, apunta la afectada.

 

Ya desde primera hora de la mañana de este lunes distintos miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca se encuentran postrados ante la vivienda de María para intentar frenar el desahucio. “Me están ayudando mucho”, concluye María.

 

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