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“Cuando vi que disparó a mi hermano y vi todo lleno de sangre, me volví loca y pensé que lo había matado”

Ana María Rodríguez, víctima junto a su hermano Antonio del atraco a punta de pistola en una joyería de Arrecife, relata lo sucedido

 

Yolanda Téllez

Fotos: Lancelot Digital

Vídeo: Lancelot Televisión

 

“Quiero que lo pille y le pongan la pena máxima”. Así de rotunda, aunque entre lágrimas, se muestra Ana María Rodríguez, una de las dos víctimas del atraco a punta de pistola que sufrió este martes una joyería de Arrecife. Ana María y su hermano Antonio fueron heridos de bala, aunque sus heridas no revestían gravedad y ya han sido dados de alta.

 

Esta mujer, que trabaja como dependiente en este establecimiento que regenta su hermano, cuenta que casi estaban ya cerrando, cuando vio entrar a un chico, de origen latino y estatura baja, con una gorra y una sudadera con capucha que también llevaba puesta sobre la cabeza en la joyería. “Me empezó a mirar, puso una bolsa negra que traía sobre el mostrador y sacó una pistola”, afirma.

 

Ana María se puso “nerviosa” y “no podía dejar de mirar el revólver”. “Me decía, póngame eso y eso dentro de la bolsa y rapidito que tengo prisa. Yo empece a buscar la llave del mostrador, mientras esperaba que mi hermano se diera cuenta y apretara el timbre para que viniera la policía”, relata.

 

Esta mujer sacó entonces dos bandejas de pulseras pero, cuando el atracador iba a cogerlas, las empujó y las tiró al suelo. Entonces, salió su hermano y, tras un forcejeo con el atracador, éste le disparó. “Escuché un tiro, me tiré al suelo y empecé a chillar pidiendo ayuda”, señala.

 

Ana María se tiró entonces al suelo y, mientras se arrastraba por él, sintió un golpe en el braco. El atracador también le había disparado. “Intenté tirarle un florero, pero no pude y escuche otro disparo. Cuando vi que había disparado a mi hermano y que había bastante sangre a su alrededor me volví loca y pensé que ya lo había matado”, cuenta.

 

El atracador, que en todo momento mantuvo una actitud “tranquila”, según Ana María, salió entonces huyendo. “Entonces dimos al timbre y vino la policía y también muchos vecinos”, apunta esta mujer.

 

Ella recibió el impacto en el brazo, con orificio de entrada y salida, y su hermano, de 65 años y minusválido, en el glúteo. “Tiene el proyectil dentro, muy profundo, y de momento no se lo quieren tocar, esperando a ver cómo reacciones”, señala.

 

El atracador, según Ana María, consiguió llevarse dos piezas de la joyería, valoradas en unos 4.000 euros. Todo quedó grabado en las cámaras de seguridad del establecimiento. “Todo ya está en manos de la policía. Sólo espero que lo pillen y le pongan la pena máxima, porque hay muchos joyeros que han muerto en atracos”, sentencia.

 

Ana María explica además que no es la primera vez que han sido atracados. “Una vez con arma blanca, con un destonillador, y en diciembre tambiénn se llevaron una manta llena de pulseras de oro”, concluye.

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