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Cabreo de la mafia verde

 

Resulta del todo curioso que quienes abogaban por un acuerdo en lugar de un buen pleito judicial y político en el asunto polémico del agua del Plan Montaña Rojas se les vea realmente molestos y cabreados, cuando por fin se logra un convenio con el Cabildo que a primera vista es altamente positivo para todos. Sobre todo para los ciudadanos y consumidores de agua potable y depurada en la urbanización Montaña Roja en Playa Blanca. Porque con ese convenio entre el Consorcio del Agua de Lanzarote y Club Lanzarote, propietaria del Plan Montaña Roja y de las desaladoras allí instaladas, homologado por los tribunales de justicia, se consigue el objetivo principal que siempre se fijó el Cabildo en este lío.

 

Es decir, el fin último del Cabildo no sólo era acabar con una actividad (la producción, pero sobre todo venta del agua) irregular o al menos de dudosa legalidad, sino que los habitantes de esa zona de Playa Blanca pagaran el agua al mismo precio y en las mismas condiciones que el resto de ciudadanos. Eso era lo que siempre pretendía el presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Gines y eso es lo que ahora tras este acuerdo entre Club Lanzarote y el Consorcio del Agua con el visto bueno de la Justicia se ha conseguido. Por lo tanto, es para celebrarlo y no para que la oposición y la llamada "mafia verde" estén subiéndose por las paredes.


Cargarse a Pedro

 

Ese cabreo demuestra a las claras que la llamada mafia verde y tonto útiles (siempre es un papel teatral necesario para las comedias) no buscaban ni el interés ni la Justicia. Buscaban con el asunto de Montaña Rojas cargarse a Pedro San Gines como fuera. El interés general nunca le ha interesado a la mafia verde sino tener un presidente maleable, sin personalidad y entregado a la causa de llenar los bolsillos de los del despacho y medios de comunicación afines, ademas de la financiación del 3% de los partidos que gobernaban. Y si para ello, para cargarse a Pedro San Gines, por no bailarle el agua y cortarle el grifo, había que ir contra el interés general y presentar lo bueno como malo, malísimo, se hace justificándolo con lo que sea. Porque sin duda Pedro San Gines se pudo equivocar (nosotros así lo creemos) incautando las instalaciones de Club Lanzarote para conseguir que todos los habitantes y negocios ubicados en el Plan Parcial Montaña Roja pagaran el agua a igual tarifa y condiciones que el resto de ciudadanos de la isla.

 

Lo que es evidente que San Ginés no lo hizo esa incautación contra el interés general, lo hizo para defender a los ciudadanos y lo que él entendía la legalidad vigente. Y creyó (de momento parece que mal y equivocadamente) que la única forma para que todos pagaran en Lanzarote al mismo precio el agua era acudir a una medida extrema como la incautación ante la negativa de Club Lanzarote a negarse a dejar de vender agua de sus desaladoras a privados como le requirió en varias ocasiones sin resultado. ¿Justifica eso una medida tan radical como la incautación? Lo dirán los tribunales:Por esa decisión, el hoy presidente está investigado por una posible prevaricación administrativa y un posible delito de coacciones.

 

Insistimos, Pedro San Ginés se habrá equivocado procediendo a la incautación sin contar con un juez (hay informes que dice que no es necesario en ciertas circunstancias). En cambio, lo que es evidente y con este acuerdo alcanzado hoy con Club Lanzarote era para conseguir un objetivo en favor de los ciudadanos, al menos hasta que se demuestre lo contrario. Este convenio ante los tribunales no sabemos si le beneficia o no en la querella de Club Lanzarote contra San Ginés, lo que está claro es que no le perjudica.

 

Lo curioso es que los que siempre han defendido el agua en manos públicas son los que más han atacado que el Presidente del Cabildo lo haya intentado. Por cargarse a Pedro San Ginés han defendido a Club Lanzarote. Quien por cierto, tiene todo el derecho del mundo, faltaría más, a defender sus intereses. Pero esa postura de los Socialistas, Podemos y Somos Lanzarote defendiendo indirectamente los intereses del privado, de Club Lanzarote, ponen a las claras las verdaderas intenciones.

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