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La Bodega Stratvs, el crimen del siglo

Existe una cada más una creciente preocupación en la sociedad lanzaroteña ante la desmedida presión, creciente persecución y la obsesión patológica que existe en algunos sectores de esta isla contra la Bodega Stratvs, propiedad de uno de los promotores turísticos más importantes de Lanzarote. Movidos por un afán desmedido de poder, con oscuros y espurios intereses detrás, que delatan cómo se puede llegar a odiar tanto lo que se envidia, tratan de forma obsesiva de hacer creer, que la que es probablemente de toda Canarias la intervención privada más exquisita, bella y respetuosa realizada en el inigualable entorno de La Geria, es en realidad el crimen del siglo cometido por un empresario lanzaroteño sin escrúpulos, que ha elaborado toda una trama cuyo único fin al construir una de las mejores bodegas del Archipiélago parece haber sido destrozar el medio ambiente y especular sobre un terreno a fin de lucrarse sin medida.

 

El argumento es tan disparatado, como falso y cargado de mala intención, con el único fin de destruir al empresario objeto de su odio, aunque con ello sean capaces de llegar a arrasar y cargarse todo el sector vitivinícola de La Geria, que ha logrado en los últimos años convertir a esta zona en orgullo de todos los conejeros y un ejemplo mundial de que la intervención de la mano del hombre en el medio ambiente, no sólo puede produce resultados de gran belleza y auténticas obras maestras expresión de la interacción entre Arte y Naturaleza, como es sin duda la Bodega Stratvs, sino que genera progreso, actividad económica, puestos de trabajo y permite que La Geria siga cultivada y no abandonada a su suerte. El odio no repara en el daño que se pueda cometer, y todo vale aunque con ello sean muchos más los perjuicios que los beneficios para el sector vitivinícola en conjunto, y por tanto para Lanzarote.

 

Preguntas sin respuestas

 

¿Se puede saber qué hay de malo en la Bodega Stratvs? ¿Se puede saber dónde se ha cometido el crimen? ¿Qué trama puede haber tras la construcción de una bodega sobre la que se han invertido 20 millones de euros, la mayor inversión realizada en una instalación vinícola de toda Canarias, 10 veces más que la bodega más cara de todo el archipiélago, en la que el empresario nunca jamás, por muchos años que pasen, amortizará ni recuperará la cantidad invertida? ¿Dónde está el negocio y el afán especulador de una bodega cuya actividad diaria daba empleo a 40 personas y apenas si lograba equilibrar los ingresos y los gastos? ¿Pero dónde está lo malo en una bodega que es una obra maestra admirada y valorada dentro y fuera de nuestras fronteras, que según los expertos, ha marcado un antes y un después en el sector vitivinícola de la isla?. ¿Pero qué hay de malo en que en Lanzarote se haya construido una de las bodegas de mayor prestigio de Canarias en la elaboración de vinos, que se caracteriza además por emplear los medios técnicos y la maquinaria más moderna y avanzada del mercado, trayendo a Lanzarote el avance y la innovación?. ¿Pero dónde está el crimen de una bodega que en su corto periodo de existencia, que no alcanza los 10 años, haya recibido más de un centenar de premios nacionales e internacionales, uno de los más recientes el de Mejor Alimento de España otorgado por el Ministerio de Agricultura de España? ¿Qué hay de malo en que un promotor privado haya invertido su dinero para propio deleite personal, y que además haya añadido un plus de calidad a la zona, contribuido al interés general de Lanzarote al aportar prestigio al sector, sin recibir ningún beneficio a cambio, sino todo lo contrario: sino persecución, sospechas y ataques a su imagen?

 

El ejemplo más flagrante de injusticia fue el cierre de la bodega hace ahora algo más de un año por utilizar la fosa séptica y pozos negros como sistema de depuración de las aguas, ¿Pero por qué se cerró Stratvs y ninguna otra, cuando el resto de bodegas utilizan ya no los mismos, sino peores sistemas de depuración?

 

Como hasta el propio presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, opinaba en Lancelot hace unos meses, la ausencia de afán especulador en la actividad de la bodega, lejos de ser motivo de ataque y persecución,, debería ser objeto de orgullo por cuanto ha contribuido al interés general de Lanzarote y el valor añadido que otorga a la imagen turística de Lanzarote en su conjunto. Si las normas no permiten la existencia de una bodega del prestigio y la categoría internacional de Stratvs, lo que habría que plantearse es cambiar las normas. ¿Qué es lo que está ocurriendo en Lanzarote? ¿Por qué ese odio y ese afán ilimitado de poder de algunos sectores, cuya fijación en destruir a una persona, puede llegar a hacerles capaces incluso, bajo el falso argumento del defender el medio ambiente y del interés general, de tratar de destruir incluso aquello que dicen defender?

 

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