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La gran mentira de Meca

 


La campaña de desprestigio contra el presidente del Cabildo de Lanzarote, el nacionalista Pedro San Ginés, realizada por la oposición, pero sobre todo por el portavoz de Podemos, Carlos Meca y el PSOE, por la adquisición en noviembre de 2012 de la llamada casa Fajardo, no sólo ha quedado desmontada tras las declaraciones de Nona Perera sino que demuestra hasta donde son capaces de llegar algunos en esta isla con tal de quitar a un adversario político.

 

Como tratan con la mentira torcer lo que ha salido democráticamente de las urnas. No buscan justicia, ni acabar con la corrupción, sino hacer daño. Si para ello hay que mentir, descalificar o ensuciar al “enemigo” se hace sin problema de conciencia alguna. Llevan más de tres años, un día sí otro también, atacando el honor del presidente de todos los lanzaroteños, con lo que hoy se ha demostrado que era una vulgar mentira.

 

Pedro no mintió, Meca y los suyos, sí. Hoy se ha demostrado lo que el presidente del Cabildo ha venido diciendo durante años, la verdad. Que la adquisición de la casa Fajardo (casa de Don Fermín) se hizo porque Nona Perera, en aquellos años responsable del Área de Patrimonio lo recomendó. No fue un capricho, ni un pago de favores como hasta ahora han vendido los “enemigos de Pedro”. Sólo una compra porque la responsable de Patrimonio entendió que era una oportunidad para que Lanzarote conservara una de las casas de mayor valor patrimonial de la capital y que en ella se montara un museo de arqueología inexistente en la isla.

 

La seriedad y la política

 

Se puede y se debe criticar la gestión de los políticos y, por su puesto, la del presidente del Cabildo, pero no se puede hacer a cualquier precio y menos con la mentira. Por eso las declaraciones realizadas a Crónicas Radio por Nona Perera, reconociendo sin ambigüedades que no sólo fue ella la que recomendó esa adquisición y dando a entender que fue una buena operación para el Cabildo porque se salvaba una casa muy interesante tiene un valor fundamental para hacer valer la verdad. Que lo haga una persona que no tiene especial relación con el presidente del Cabildo, que durante su mandato perdió la jefatura de Patrimonio y que, encima, podría ser rival político de San Ginés si ganara las primarias de Podemos en la que ahora está enfrascada, habla bien de la seriedad de Perera.

 

Y es importante que una persona que aspira a estar en la política no sea mentirosa, no le valga cualquier artimaña para conseguir sus objetivos. Se podrá estar a favor o en contra de las ideas de Nona Perera pero al menos ha demostrado lo que por desgracia carecen cada vez más los políticos: la honestidad. En resumen, la casa Fajardo se adquirió por recomendación expresa de la responsable de Patrimonio, se adquirió al final por precio de un 1.650.000 euros a pagar en 8 años, cuando en esos momentos estaba tazada por el mercado en más de dos millones de euros, se hizo la negociación con la propietaria y en donde estaba el presidente y dos funcionarias del Cabildo, entre ellas la propia Nona Perera. Todo lo que ocurrió después, la relación entre San Ginés y la hija de la propietaria fue posterior a la adquisición. Se puede y se debe cuestionar si la compra fue adecuada o no. Incluso si fue cara o no. Lo que no se puede es mentir. No se puede retorcer la verdad para tratar de vender a la opinión pública lo que no ocurrió.

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