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Papagayo, morir de éxito

 

 

Las playas de Papagayo, en el sur de Lanzarote, sufrieron este agosto una prueba de fuego. Miles de vehículos en un sólo día entraron en ese Paraje Natural protegido. Se tuvo que prohibir en determinados momentos la entrada porque los “guardas” entendieron que se había rebasado el límite de lo permisible y el propio sentido común. Las zonas habilitadas de aparcamientos eran un caos, estaban desbordadas. A eso se suma el impacto ambiental que produce la colonia de coches en ese paisaje. Por lo tanto, algo hay que hacer para próximos agostos. Por suerte, no hay que exagerar, el resto de los meses, salvo en Semana Santa, la situación está más o menos controlada. Como hay que decir que a pesar de la presencia de miles de coches en agosto, las playas y el Paraje está más limpio y más cuidado que en los años 90, cuando reinaba la ley de la selva. Por lo tanto, más allá de repensar nuestro modelo de crecimiento turístico en los próximos 20 años, cosa que es necesario, lo de Papagayo merece a corto plazo una solución para que no ocurra el próximo agosto lo de este verano. No hay que caer en el catastrofismo de algunos interesados, sólo en evitar que este paraje muera de éxito en agosto. Limitar la entrada y hacer un estudio de la capacidad de carga para que Papagayo sea un actractivo no debe ser muy complicado.

 

La agresión a Jordán

 

La noticia de la agresión con un cuchillo a un trabajador del Cabildo, Enrique Jordan, mientras arregablaba una embarcación en la zona del Marina Colón ha sido de las que más reacciones ha originado en los últimos meses en este digital. Por desgracia, no sólo no compartimos muchos de los comentarios sino que condenamos los que tienen un carácter xenófobo. La agresión es condenable a una persona, sea a Enrique Jordán o cualquier otra persona, y no se debe tomar a broma. Incluso entendemos que a mucha gente en esta isla, honrada y trabajadora, pueda soliviantarle que muchos delicuentes habituales sean detenidos por la Policía y luego la Justicia los deje en la calle hasta que haya un juicio. Y posiblemente el hecho de que esta persona, de nacionalidad marroquí, tras acuchillar Jordan haya quedado libre con cargos, ha cabreado a muchos lanzarotreños que no entienden de leyes sino de Justicia. El sentido común dice que sea marroquí o lanzaroteño una persona que acuchilla a otra debe estar en la cárcel, si realmente puede ser un peligro para el resto. La jueza, que sabe más que nosotros, no lo ha creido necesario y hay que respetar esa decisión por mucho que las personas de a pie no lo entendamos.

 

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