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Podemos y la desaladora

El viernes declaraba en el Juzgado el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, por el polémico caso de la incautación de la desaladora de Montaña Roja y, más allá de que será la Justicia la que se pronuncie sobre la idoneidad de la actuación delaprimera Institución insularsobre la forma de proceder en torno a este asunto, lo que sí resulta curioso es que Podemos  (partido donde los haya que, según predican ellos mismos un día sí y otro también, defienden lo público, a los más vulnerables y el interésgeneral  de la colectividad) se haya personado en la causa contra San Ginés, cuando precisamente lo que defienden es que el agua esté en manos públicas y que es un recurso que no puede estar en manos privadas para su distribución. De hecho, es justo eso lo que (independientemente de la forma en que se incautó la desaladora sobre las que existen dudas de si la manera fue correcta)precisamente pretendió  el Cabildo: garantizar el abastecimiento del agua a la población y a la industria turísticay hacer cumplir la ley que establece (estemos de acuerdo o no) que la propiedad de la distribución del agua no puede ser privada. Pero en Podemos, con tal de ir contra Pedro San Ginés, se ponen del lado de quienes nunca jamás se pondrían, los empresarios que usaban una desaladora privada para el abastecimiento del agua. Es tal la fijación de algunos contra el presidente, que sus principios es lo que menos les importa y demuestran queaquí todo vale con tal de ir contra el dirigente nacionalista. ¿Se imaginan qué diferente hubiera sido si hubiera sido Pablo Iglesias (o si lo prefieren, es un suponer,  y por no ir tan lejos, el propio Carlos Espino), el que hubiera entrado en Club Lanzarote para poner en manos del Cabildo la distribución pública del agua? Sería un héroe, y los aplausos y vítores, no sólo por parte de Podemos sino también por parte de Somos Lanzarote, todavía los estaríamos escuchando. ¡Ay, fuerte cinismo!

La papa caliente de Patricia Hernández

La negativa del Psoe insular a asumirlas áreas delegadas del Pacto con CC en el Cabildo de Lanzarote, es una situación que se está enquistando y que está complicando las cosas a nivel regional. El hecho de que en el último consejo de gobierno, Fernando Clavijo no procediera a realizar los nombramientos que faltaban de los cargos socialistas en el Ejecutivo canario, se ha interpretado por algunos como una forma de dar un toque al Psoe canario para que de una vez por todas resuelvan el  caso Lanzarote. Pero lo cierto es que a la primera que le está resultando incómodo todo este asunto de los socialistas lanzaroteños es a la propia vicepresidenta del Gobierno canario,  Patricia Hernández, que tiene una papa caliente en las manos, no sólo porque en el Psoe lanzaroteño quieren seguir mandando justamente los que no la apoyaron en las primarias, o sea,  el sector más duro del Psoe insular (que se niega a gobernar con San Ginés y han usado la excusa de la destitución de Polo Díaz para tratar de justificar lo inexplicable), sino por la presiones que está recibiendo desde Lanzarote para nombrar a Manolo Fajardo Palareacomo viceconsejero de Justicia. Aunque la secretaria insular del PSOE, Loli Corujo,ha dado a entender que prácticamente hasta septiembre no se producirá el nuevo nombramiento que le corresponde a la cuota lanzaroteña, y que desde Lanzarote se han propuesto perfiles determinados y no personas concretas, lo cierto es que Fajardo (y este sector del Psoe lanzaroteño que perdió en las urnas en 2011 y después las primarias en su propio partido) está batallando hasta el final para tratar de lograr aferrarse como sea al último resquicio de poder que le podría quedar a nivelregional.  Sin embargo, la situación no es fácil, pues ni a Clavijo ni a Hernández les gusta nada elpropuesto por la dirección socialista lanzaroteña y además no están dispuestos que un minoritario sector de una sola isla cause problemas en el pacto regional. Veremos cómo se soluciona. Si es que se soluciona.

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