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Pulso a toda Lanzarote

 

Desde un punto de vista laboral y social, poco se entiende la huelga en los Centros Turísticos planteada por un Comité de Empresa intransigente e irresponsable, pues entendemos que desde el principio se tenía previsto ir a la huelga. Echar otro pulso a la dirección de empresa, ganarlo, y comenzar las reivindicaciones económicas y sociales que, entre otras cosas, condujeron a la ruina a los Centros Turísticos. Esta élite del Comité Empresa, -algunos de baja durante ocho meses por un tobillo lesionado-, y que nos sale a todos los lanzaroteños un coste medio de 3.000 euros mensuales, ha estado acostumbrada a que un PSOE demagogo, gran culpable junto al PIL de los males que arrastra la empresa pública, cediera a todas sus exigencias. Hasta tal punto que ese Comité de Empresa, más que el representante legítimo de los intereses de los trabajadores, se cree el dueño de los Centros Turísticos. Incluso llegó un momento que creían que los beneficios se tenían que repartir entre ellos y no entre toda la sociedad lanzaroteña. Ahora se han puesto en huelga para hacer daño. Sostienen que llegan de nuevo "las vacas gordas" y, por lo tanto, quieren reparto de beneficios. Eso, y desgastar al grupo de gobierno, sobre todo a Pedro San Gines, que es el único que ha sido capaz de aguantarles la mirada. Con un equipo de profesionales se han sacado adelante un centros que el PSOE de Carlos Espino -junto con el PIL, no hay que olvidar-, dejó en la ruina, casi sin poder pagar siquiera las nóminas a los trabajadores, con 20 millones de euros de deuda. Pero la situación mejoró. Desde hace unos años no solo se pueden pagar las nóminas con solvencia, sino que además se cumple con el canon a los ayuntamientos sin problemas. También se han realizado obras de mejora y se ha creado otro centro turístico como el Museo Submarino que, muy a pesar de sus detractores, ha sido un éxito publicitario de primera para Lanzarote. Después de varios años, el Cabildo de Lanzarote comienza a cobrar su canonc que luego invierte en mejoras para todos los lanzaroteños. Ese círculo virtuoso para Lanzarote que logró romper el círculo vicioso ha logrado poner a los Centros en lugar que les corresponde.

 


Daño a la isla por una “élite” de camareros y cocineros

 

Lo cierto es que una huelga con tan pocos argumentos se entiende menos aún cuando hace tanto daño a todos los sectores de Lanzarote, pues este colectivo es considerado por la mayoría de los lanzaroteños como una élite de camareros y cocineros privilegiados. Hasta a los camareros mejor pagados del sector privado les gustaría tener esos sueldos y esas ventajas sociales (seguros médicos, bolsas de vacaciones, cuatro pagas extras, horario de seis horas reales de trabajo, dentista privado...) de las que disfrutan esos trabajadores. Más allá de la discusión de que en estos tiempos que corren no tiene sentido que camareros y cocineros sean funcionarios, nosotros hemos defendido que puede haber excepciones con los antiguos trabajadores que ya han consolidado unos derechos laborales, pero que la tendencia tendría que hacer desaparecer con los años (jubilaciones y prejubilaciones) el actual sistema funcionarial, caro, ineficaz y, como ahora se demuestra, insaciable a la hora de reinvidicar derechos que ningún otro colectivo del ramo tiene. Poco les preocupa el daño que ocasionan a la economía y a la imagen de Lanzarote. Poco porque ellos se sienten, insistimos, dueños y señores de los Centros. Pero los ribetes políticos de esta huelga en la que el Comité de Empresa ha metido a los buenos trabajadores de los Centros no se deben obviar. Una de las consejeras de Somos, aunque afín al representante de Podemos, Carlos Meca, es la mujer del insaciable Bonilla. Y Podemos en Lanzarote es el brazo armado de la Fundación César Manrique, institución político-cultural mal avenida con la presidencia del Cabildo porque no se ha dejado manejar como hicieran otros presidentes y que, desde hace años, junto al despacho de La Plazuela, una parte del PSOE, y las urracas de El Reducto, quieren cargarse a San Gines. Ese es el trasfondo de un Comité de Empresa irresponsable dispuesto hacer el máximo daño a todos los lanzaroteños por intereses espurios. No sabemos lo que hará el PSOE o el PIL, si seguirán en la demagogia como hasta ahora, y presionarán a la dirección de los CACTs para que acepte las reivindicaciones de los trabajadores. Tampoco lo que hará el Partido Popilar (PP). Pero sí sabemos que si Coalición Canaria se rinde por cuestiones electorales, ya no será el 3% de incremento del salario, que es lo que en definitiva quieren ahora, sino volver a las andanzas del pasado e hipotecar los CACTs. Seguir el juego a Bonilla y compañía supondrá volver al círculo vicioso y a la ruina a poco que descienda el número de turistas que llegan a la isla, porque ellos consolidad derechos y mejoras en las vacas gordas pero no la pierden en la vacas flacas.

 

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