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¿Qué prefiere el Euromillón o el Gordo de Navidad?  

 

Andrés Martinón

 

 

¿Juega usted a algún tipo de sorteo millonario? Desde mi punto de vista, los dos juegos de azar más populares y comprados por los españoles son el Euromillón y el Gordo de Navidad. Entiendo yo que pasa esto por dos razones: el reclamo del euromillón es el suculento primer premio que a veces ha superado los 200 millones de euros que se embolsa una sola persona. El segundo caso, el de El Gordo de Navidad, su valor es el peso de la tradición, pero sobre todo un reparto muy extendido de los premios en metálico. El ganador de un décimo del Gordo se puede llevar 400.000 euros por décimo. Vamos, migajas ante lo que se lleva el premio europeo, pero la gracia es el reparto de los segundos, terceros, cuartos  y quinto premios. Luego llegan las pedreas y al final hasta el reintegro. Es decir, es un juego menos lucrativo pero más social y democrático y, sobre todo, se comparte la alegría con otros agraciados.

 

Pero, estimado lector, hoy no voy a hablar del juego o del azar. Hoy voy a hablar de estilos de corrupción.  

 

Hace unos días compartía una conversación con varios amigos y dos de ellos, uno afiliado al PP y otro simpatizante del PSOE, se echaban los trastos a la cabeza recriminándose que la formación contraria a la que votan era más corrupta. Para tranquilizar la acalorada discusión les quise explicar, no sé si con éxito, que ambas formaciones han tenido numerosos casos de corrupción y que al fin, son similares.

 

Para convencerlos utilicé el símil de los juegos de azar mencionados en el primer párrafo y realicé la siguiente comparación: para mí el estilo del Partido Popular es más el del Euromillón y el del PSOE más el del Gordo de Navidad.  

Empiezo por el PP, los casos de corrupción en este partido son más soeces, más individualistas, donde los que se lucran logran cantidades millonarias que van directas a cuentas en Suiza o en otros paraísos fiscales. No se sabe ni el dinero que pueden tener Bárcenas o Correa u otros que ahora no caigo. Mientras que otros cargos y militantes del PP no veían ni un euro de los chanchullos.

 

El caso del PSOE es más el estilo del Gordo de Navidad. No se reparte un gran premio millonario, pero si muchos quintos premios y pedreas. El ejemplo más claro es el de los ERE. Según algunos cálculos realizados, se cree que este caso de corrupción del PSOE andaluz pudo defraudar cerca de mil millones de euros. Nada más y nada menos. Sin embargo, no se habla de un gran beneficiario de este río de corrupción. Algunos de los casos eran simples jubilaciones adelantadas fraudulentas, pero claro, al final se comprobó que eran miles de pequeños casos que hacen sumar esa cantidad.

En definitiva, la corrupción es corrupción. Sea del estilo que sea. Lo que está claro es que el que gobierna muchos años en una institución acaba metiendo la mano en la caja de las galletas hasta sin quererlo.

 

Posdata: Ya hablaré en otro artículo de los amigos catalanes y su Tres Percent. Ya veré si es un estilo Lotería Primitiva o Quiniela de fútbol.

        

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