¿Para qué serviría cobrar una ecotasa al turista en Canarias?
Al hablar de la ecotasa en Canarias, debate que Nueva Canarias vuelve a poner sobre la mesa y que el PSOE ha sumado a su programa electoral, surge una pregunta clave, la que encabeza este editorial: ¿Cuál sería el destino del dinero recaudado con una ecotasa en Canarias? La respuesta es una sola: no se sabe. Y no se sabe porque no han querido informar sobre su destino, ni sobre el uso que de dará al dinero recaudado.
Pero, realmente ¿en qué beneficiaría o perjudicaría la imposición de una tasa turística en las Islas Canarias? El perjuicio parece evidente, elegir Canarias como destino es asumir un coste más elevado que el de otras opciones, por la lejanía del propio Archipiélago. Si a ese dinero se le suma otro sobrecoste más, que pagarían los propios turistas, parece que nos estamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado, dándoles razones para que renuncien a visitarnos.
De hecho, desde la patronal turística, muy preocupada con el tema, señalan que en realidad se trata de un impuesto a la pernoctación, puesto que no contempla contraprestación alguna a esa exacción tributaria. Señalan desde el sector que allí donde se ha implantado, no ha tenido demasiado éxito y si ha dejado muchas cuestiones abiertas. En Baleares o Cataluña se dijo que lo recaudado se destinaría a mejorar el espacio y las infraestructuras turísticas, pero no ha sido así.
En el caso de Canarias se habla de una recaudación de unos 160 millones de euros. ¿Qué se puede hacer con 180 millones de euros que no se pueda hacer con 2.700 millones de euros que ya recaudan las administraciones públicas del sector turístico en Canarias? Hablamos de una cantidad que es apenas un 1’5% del total del presupuesto del Gobierno de Canarias, 10.000 millones de euros, y que pone en jaque el futuro del sector.
Lo peor es que finalmente, mucho nos tememos, que ese dinero, lejos de ir destinado a mejorar temas relacionados con el turismo se acabe destinando al pozo sin fondo que supone la administración, el coste del funcionariado o la duplicación de servicios.
O lo que es peor, tal y como ocurrió en Baleares, donde parte del dinero recaudado, 580.000 euros, acabó sirviendo para pagar un multitudinario concierto que organiza una emisora de radio perteneciente a un conocido grupo de comunicación. Demasiadas preguntas sin respuesta y espacios en blanco en una tasa rodeada de demagogia y tintes electoralistas.
