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PODCAST: Historias de medianoche: No sonó el despertador

Mar Arias Couce

 

Escuche aquí el audio leído por su autora

 

 

 

 

 

No sonó el despertador. Odiaba cuando ocurría eso. Se levantaba acelerada y ya el resto del día iba mal. Había dormido veinte minutos más de la cuenta y cuando fue consciente saltó de la cama como un resorte. Preparó un café que se bebió sin que se hubiera enfriado lo suficiente como para saborearlo, pero optó por renunciar a su tostada diaria con mermelada. Tocaba dieta obligada, que se le iba a hacer. Eso le pasaba por acostarse tarde.

 

Se dio una ducha rápida, tan acelerada, que tropezó al tratar de alcanzar la toalla y cayó rozando con la cabeza el borde del escalón que separaba las dos zonas de su baño. Se asustó.

 

“Si no llego a reaccionar me habría dado un golpe en la cabeza que podría haber sido mortal”-pensó, llevándose la mano a la frente.

 

Con el pulso acelerado y el susto todavía en el cuerpo se vistió y se peinó con rapidez, cogió su cartera y salió corriendo hacia la calle. Había conseguido salir a la hora de siempre. Increíble.

 

Mientras caminaba, a paso rápido, por debajo de su casa, miró de manera instintiva hacia la ventana de su cocina. Allí entre las sábanas colgadas que se vislumbraban al fondo, había una mujer mirándola.

 

“Pero si en casa no hay nadie”, pensó. “Paco y los niños no han vuelto de Madrid. Estaba yo sola”.

 

Tardó unos segundos en darse cuenta de que aquella mujer, con una herida sangrante en la cabeza, era ella misma, mirando hacia el lugar en el que tendría que haber estado, como cada día a esa hora, si no hubiera sufrido esa caída mortal en el baño.

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