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La terraza Moet de Arrecife cierra por el efecto del Covid-19

Los hosteleros aseguran que es inviable mantener abiertos los negocios pagando todas las tasas e impuestos pero facturando un 95% menos que antes de la pandemia

 

  • Lancelot Digital
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    No todos los establecimientos hosteleros han podido aguantar las restricciones de la COVID y algunos han optado, después de meses de lucha, por cerrar sus negocios. Este es el caso de la terraza MOET frente a la playa del Reducto.

     

    Así lo explica Tito Cruz, gerente de la terraza Moet. “Desde marzo de 2020 hasta ahora esto ha sido una ruina completa, tanto por aforo, como por limitaciones, por los pagos, la falta de ayudas, y dada la situación nos hemos visto obligados a cerrar el local y a esperar nuevas oportunidades porque es inviable seguir así”, señala. “Hemos seguido pagando todo, pero facturando un 95% menos”.

     

    Para el gerente de Moet, después de un año de pandemia, las ayudas a fondo perdido de hasta 25.000 EUROS para autónomos anunciadas por el Gobierno regional llegan igualmente tarde. Y es que este empresario podría justificar una caída del 30 por ciento para pedir préstamos autonómicos, pero le frena el que no esté garantizada la actividad turística en Semana Santa y el verano esté en el aire. “Vivimos del volumen y si no lo hay no podemos pagar el cien por cien de los impuestos que nos están cobrando, porque nos cobran todos, alquileres, impuestos, todo… durante este año hemos perdido todo lo que habíamos ganado en los dos años que hemos estado abiertos. Siempre con la promesa de que todo esto va a cambiar, que el virus está controlado, pero nada… seguimos y cada vez peor. La única manera es cerrar”.

     

    Lo mismo le pasa al propietario de KoKum en Marina Lanzarote que desde el pasado 14 de marzo solo estuvo operativo dos semanas en verano. “El tiempo que hemos estado cerrados, no es que el Estado no nos de ayudas, que tampoco yo las veo viables, pero sí podían no habernos cobrado los impuestos, ni el recibo de autónomos… no nos han dado facilidades para poder mantener el negocio abierto y a los empleados”, explica Ludo Vera, propietario de KoKum.

     

     

    Las consecuencias económicas de la pandemia han tenido hoy su espejo en las cifras del paro de febrero que han aumentado un 3,9 por ciento y roza ya los 20.000 desempleados en la isla. En un año el paro se ha incrementado un 77 por ciento. El sector servicios, el hostelero y el comercial son los más afectados.

     

     

     

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