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¿Qué es la Economía Solidaria?

El bien común, la igualdad o el equilibrio con el medio ambiente son algunos de los fines que busca esta forma de producción

 

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    La economía solidaria o economía social es un enfoque para el desarrollo de actividades productivas basado en el bien común. De la misma manera, busca la equidad y el equilibrio con el medio ambiente. Se trata, en definitiva, de una forma de producción, consumo, y distribución de riqueza, centrada en poner por delante el valor del ser humano y no en la priorización del capital.

     

    La economía solidaria promueve la asociatividad, la cooperación y la autogestión, y está orientada a la producción, al consumo, y a la comercialización de bienes y servicios, de un modo principalmente autogestionado, teniendo como finalidad el desarrollo ampliado de la vida. Sigue principios como la autonomía, igualdad, responsabilidad social corporativa, transparencia y vida comunitaria.

     

    Origen

     

    La expresión ‘economía solidaria’ fue acuñada en la primera década del siglo XX pero se puede decir que el origen de este tipo de economía se remonta a la Primera Revolución Industrial, como reacción de los artesanos expulsados de los mercados debido principalmente al advenimiento de procedimientos de automatización. Hacia el límite entre el siglo XVIII y el siglo XIX, surgieron en Gran Bretaña las primeras Uniones de Oficios y las primeras cooperativas. Pero lo cierto es que, si se profundiza en la historia, se pueden encontrar expresiones económico-solidarias tanto en la América Precolombina, como entre los pueblos africanos o asiáticos, y como también en antiguos pueblos europeos.

     

    Características de la economía solidaria

     

    Tiene varias definiciones, pero la mayoría converge en ciertos aspectos clave, como la priorización del bienestar colectivo frente a la generación de riqueza. Es un enfoque que se contrapone a la economía capitalista, afirmando que esta produce desigualdad y afecta al medio ambiente.

     

    La economía solidaria no implica ni exige la eliminación del capitalismo, sino que puede ser aplicada en ciertos ámbitos, por ejemplo, dentro de una institución que desarrolle actividades culturales en zonas urbanas con altos índices de pobreza.

     

    Uno de los principios es la autogestión, lo que significa que la organización o empresa es administrada por los propios productores. Esto sucede, por ejemplo, cuando muchos empresarios agrícolas pequeños forman una asociación. De esa forma, buscan generar economías de escala y negociar con sus clientes ofreciendo un mayor volumen de venta.

     

     

    Otro de los pilares es la sostenibilidad, por lo que una organización basada en la economía solidaria procura utilizar métodos de producción que afecten lo menos posible el medio ambiente. Por ejemplo, cambia el uso de bolsas de plástico por aquellas que son de papel.

     

     

     

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