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Condenado uno de los "cómplices" de la red que intentó introducir media tonelada de cocaína en Lanzarote en un velero procedente del Caribe

Estaba en busca y captura desde 2008, pero no fue detenido hasta junio de 2015 en la frontera de Ceuta


Lancelot Digital


La Audiencia Nacional ha condenado a cuatro años y seis meses de prisión "por cómplice" de un delito contra la salud pública a uno de los miembros de la red que en el año 2008 intentó introducir 453,70 kilogramos de cocaína en Lanzarote, que venían en un velero procedente del Caribe y que fue capturado en la isla de Martinica.

 

Este es el cuarto juicio que se celebra sobre esta operación. En el primero, que se celebró en mayo de 2010, fueron juzgadas cinco personas, que fueron condenadas. En diciembre de ese mismo año se celebró otro juicio contra otro de los acusados, que también concluyó con sentencia condenatoria. El tercero tuvo lugar en marzo de 2013 contra uno de los acusados que se había refugiado en Argentina, donde fue capturado, y que, igualmente, resultó condenado.

 

Fue el pasado mes de diciembre cuando se celebró el cuatro juicio del que ahora ha salido la sentencia. Y es que, el ciudadano magrebíe juzgado y condenado ahora estuvo en busca y captura siete años. En abril de 2008 se declaró su prisión provisional en un auto expidiéndose las oportunes órdenes de busca y captura, dando que se ignoraba su domicilio. Sin embargo, no fue detenido hasta el 11 de junio de 2015, concretamente en la frontera de Ceuta, denominada 'El Tarajal'.

 

La Audiencia Nacional considera probado que este hombre era "cómplice" de esta red de narcotraficantes, para la que realizaba "ciertas tareas auxiliares" encomendadas por los cabecillas. En este sentido, la sala apunta que mientras los miembros de la banada viajaron en diversas ocasiones a Sudamérica a fin de mantener contactos con los proveedores de la sustancia estupefaciente y conseguir una embarcación apta para el transporte de la misma, el ahora condenado estaba "al tanto" de la familia de uno de ellos durante su ausencia, formada por su compañera sentimental y sus hijos de corta edad, turnándose con "otros dos enjuiciados" y colaborando "económicamente".

 

Asimismo, a principios de marzo de 2008, cuando dos de los miembros de la red acaban de regresar del continente americano a donde habían llevado un "enfriador" para que el velero pudiera zarpar hacia Canarias, se reunieron con él en el Centro Comercial Biosfera "para informarle de la situación, en la confianza de que el velero y la carga llegaría pronto a las Islas Canarias". Días más tarde, a finales de marzo, una vez que el ahora condenado fue informado de que el velero y la droga habían sido aprehendidos, se ofreció a "comprar un billete a través de Internet" a uno de los miembros de la red para que abandonara España y se reuniera con él y otro de los acusados en Marruecos, donde se encontraban en ese momento.

 

Las pruebas de su paticipación como "cómplice" vinieron dadas por la declaración de dos agentes de la Guardia Civil que investigaron los hechos, por las conversaciones que se intervinieron a través de pinchazos telefónicos y, en menor medida, por la declaración del propio acusado. Su defensa, como ya hicieran los anteriores enjuiciados, pidió la nulidad de las escuchas al entender que mediante ellas se había vulnerado el derecho fundamental del secreto de las conversaciones protegidas. Sin embargo, esta alegación fue desestimada, ya que el propio Tribunal Supremo había dado por válidas las conversaciones telefónicas como pruebas tras ser impugnada por los enjuiciados anteriormente.

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