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La “operación derribo” contra San Ginés se complica

 

 

La salida de los cinco consejeros del Psoe del Grupo de Gobierno se ha interpretado por muchos analistas como el comienzo del fin de la operación derribo de Pedro San Ginés. Desde hace años un grupo de personas cercanas al Psoe han realizado varias intentonas para derrocar a Pedro San Ginés de la Presidencia del Cabildo, intentonas hasta ahora fallidas. ¿Será ésta la definitiva?. Muchos creen que sí, que Pedro San Ginés podría tener los días contados en la presidencia del Cabildo. Por el contrario, otros consideran que la jugada no la tenía tan amarrada como creían los socialistas. Se le está complicando o que no va a ser tan fácil.

 

Sea como sea todos los partidos se están moviendo y es el Partido Popular quién más se puede beneficiar de esta situación de inestabilidad. Lo lógico es que Astrid Pérez apostara por el pacto natural y entrara a gobernar con Coalición Canaria en el Cabildo y abrir la posibilidad de que se convierta en alcaldesa de Arrecife con el apoyo de los nacionalistas, Pil y Ciudadanos. Pero esa posibilidad, factible hace un año ahora parece mucho más complicado ahora. Aseguran que Dolores Corujo dio el arriesgado paso de sacar a sus consejeros del Grupo de Gobierno porque tiene la palabra de Ciudadanos a nivel de Canarias de que no se iban a mover los dos concejales para desalojar a la alcaldesa socialista Eva de Anta. Es verdad que las declaraciones del jueves, día 7, en LANCELOT RADIO 90.2 FM de Delia Hernández, concejala de Ciudadanos de que podría apoyar una moción que esté liderada por el PP (no por CC) ha levantado cierta incertidumbre, pero las noticias que pesca este Trasmallo es que dependerá de Ciudadanos en Canarias.

 

 

El gato y el ratón

 

Lo que da la impresión es que en esta “operación derribo” contra Pedro San Ginés es que la mayoría de los partidos están jugando al gato y al ratón. Todos venden que lo tienen amarrado pero algunos van de farol.

 

Sea como sea, lo cierto es que más allá del Psoe, hay entes que no pueden permitir que siga en la presidencia del Cabildo de Lanzarote un político tan poco manejable como Pedro San Ginés que ha roto el “status quo” que, hasta que el llegó, se mantenía en la isla. Decir que San Ginés no se ha equivocado en ocasiones en la formas, es decir mucho. El ejemplo fue la incautación de las instalaciones de la desaladora y la depuradora de Montaña Roja, que por mucho que en el fondo tuviera razón, en el sentido que estaba prohibido vender agua a terceros sin el preceptivo título habilitante, es cierto que chirríó en las formas.

 

Dicho esto, es poco serio que un posible error, sin ánimo de beneficio personal sino más bien todo lo contrario, quieran algunos igualarlo a posibles delitos relacionado con la corrupción. Por eso, creemos que en política es muy importante el “ánimo” y el fin con el que se hace las cosas. No es lo mismo que un político tome una decisión injusta a sabiendas de que los es y porque además obtenga un beneficio económico, que adoptar una decisión administrativa dudosa (hay diferentes interpretaciones jurídicas sobre si el Consejo Insular del Agua podía tomar esa decisión de incautar sin orden judicial previa) y sin ánimo de lucro personal. Habrá que esperar a lo que finalmente dictaminen los tribunales, pero aquí no se ha buscado la justicia con mayúscula, sino el castigo moral antes de ser juzgado.

 

Más o menos ha ocurrido lo mismo con el asunto de la huelga de los Centros Turísticos donde los partidos de la oposición no han buscado hacer justicia sino aprovechar un error y una sentencia de dudosa interpretación para desgastar y derribar al presidente. Más aún cuando todo el mundo sabe que el pulso que el comité de empresa echó a la dirección para celebrar una huelga era simplemente impresentable cuando se tiene un convenio laboral que la propia dirigente del sindicato Comisiones Obreras considera bueno. Todo se puede justificar en política pero no todo se lo traga el ciudadano.

 

 

Latigazos a Echedey y demagogia de los partidos políticos

 


No sé qué más necesita la mayoría de los miembros del Comité de Empresa de los Centros Turísticos del sector de hostelería para desconvocar la huelga, tras prácticamente aceptársele todas las propuestas que reivindicaba. Quizás habrá que acordar fustigar con 30 latigazos al consejero de Turismo, Echedey Eugenio, o colocar en la cruz durante dos días al Presidente del Cabildo en la plaza de la Iglesia de San Ginés, con la posibilidad de que cada uno de los casi 300 trabajadores de los Cacts puedan escupirle en la cara.

 

El grado de degradación al que ha llegado el Comité de Empresa dirigido por Andres Barreto y Bonilla en la negociación laboral para acabar con una huelga indefinida sin justificación alguna para nadie, ha sido de tal calibre que ya muchos lanzaroteños creen que habrá que hacer una reflexión seria sobre dos aspectos:

 

Primero: ¿se puede permitir el chantaje permanente a Lanzarote de unos trabajadores privilegiados (un fregador, con todo el cariño del mundo a los freganchines, nos sale de media mensual un coste a todos los lanzaroteños de unos 2.200 euros y casi 3.000 un camarero, con unas ventajas sociales inalcanzables para la gran mayoría de los trabajadores de esta isla) que quieren seguir ganando cada vez más? ¿Cuál es el límite? No hay que olvidar que la hostelería en los Centros Turísticos es altamente deficitaria, a pesar de que las medidas adoptadas en los últimos años y una más eficiente gestión empresarial hayan reducido las pérdidas.

 

Y segundo: ¿no ha llegado la hora de reflexionar si realmente es necesario mantener los restaurantes de Los Jameos o del Castillo de San José e incluso el del Monumento del Campesino? ¿No sería mejor quedarse sólo con un pequeño bar que ofrezca un refrigerio a los visitantes? Si así fuera, la deficitaria hostelería de los Centros, que casi lleva al cierre en la época del socialista Carlos Espino a la red de Centros Turísticos, comenzaría a hacer realmente beneficiosa para las cuentas de la empresa pública.

 

Demagogia de los partidos

 

Dolores Corujo, secretaria general del Psoe ha obligado a su representante en los Centros Turísticos a hacer el ridículo en este asunto de la huelga de los Centros jugando a esa ambigüedad calculada que tanto cabrea a la gente. Cuando se exponía en la mesa del Consejo de Administración las tablas salariales, las ventajas sociales de los trabajadores de los Cacts, el pobre de Marcos Bergaz no sabía qué responder con su afinada labia. Sólo se aferró a la consigna de la socialista Dolores Corujo aconsejada por Carlos Espino. Y nos la imaginamos por lo oìdo y lo visto: “Ya sabes Marcos, complica la solución. Cuánto peor, mejor. Si se mantiene la huelga un mes mejor que 15 días. Sobre todo tiene que quedar claro que los socialistas están con los trabajadores, tu pide más que Carlos Meca para los trabajadores, no te cortes. No importa si son unos privilegiados o unos insaciables. Nosotros tenemos que ser más demagogos que nadie. Puño en alto y canta la internacional si es menester. Estamos en clave congresual”. Y así nos va.

 

Dolores Corujo debería de hablar más con quién le cedió el bastón de la alcaldía de San Bartolomé, Marcial Martín, y menos con quien hace unos años llevó a la ruina a esos centros. Marcial Martín al menos fue director de los Centros Turísticos y conoce el percal. Las interioridades de ese Comité de Empresa. Un grupo de privilegiados. La ciudadanía ve como tienen que trabajar, las horas y desvelos, para llevar 1.200 euros a sus familias, mientras otros con sueldos injustos por el trabajo que realizan en comparación a la media, con puestos asegurados por ser funcionarios, se permiten el lujo de irse a un huelga y mantenerla a pesar de que se le ha aceptado el 90% de sus reivindicaciones en una empresa deficitaria en su actividad hostelera.

 

Lo positivo de esta huelga es que ya son más los ciudadanos hartos de tanta demagogia pueril de algunos partidos políticos y que piensan que un problema de camareros y cocineros no puede poner en solfa los Centros Turísticos: es decir a Lanzarote. Lo peor es que se ha demostrado que la mayoría de los partidos políticos le siguen el juego a ese comité de empresa cuando debería de plantarse y dar un golpe en la mesa en vista de su intransigencia y su voracidad de lo público. Los trabajadores de los Centros Turísticos deberían hacer autocrítica y reflexionar sobre a donde les está llevando Barreto y compañía por intereses espurios e inconfesables.