PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Potenciar y ayudar al sector primario

Por Antonio Coll

 

 

Mientras el sector servicios, -turismo y comercio-, goza de buena salud y representa un papel fundamental en la economía y prosperidad de la sociedad lanzaroteña, el sector primario, que constituyó, en el pasado, periodos de esplendor, necesita, por parte de las administraciones públicas, mayor atención y una legislación óptima, capaz de erradicar las múltiples trabas burocráticas y judiciales. El sector primario -agricultura, ganadería, pesca- , un pilar que hay que rescatar no, solamente, porque representa un patrimonio excepcional de nuestro legado cultural , sino porque constituye un plus para una isla potencialmente turística, que recibe más de 2,5 millones de visitantes al año. Nuestros productos gozan de un alto valor ecológico, desde nuestros aborígenes y por eso, hay que buscar las fórmulas para que vuelva a sus épocas más doradas. Para ello, se necesita un replanteamiento nuevo, con el objetivo que su crecimiento sea rentable y, a la misma vez, constituya un atractivo turístico, además de contribuir a la buena salud de los residentes y visitantes

 

Es indudable que si no hay voluntad política, poco o nada se puede hacer. De nuevo ha saltado a la palestra las modificaciones puntuales del polémico Plan Especial de La Geria, que es un instrumento esencial para ofrecer seguridad jurídica y empresarial. Esto significa, por contrapartida, potenciar y ayudar al agricultor para que siga plantando la vid y manteniendo el paraje. Paradójicamente, los detractores del plan, alegan su defensa en la protección del paraje, pero sin reflexionar que, precisamente, facilitando regularizar a todas las bodegas ubicadas en La Geria, es la única fórmula de mantener el paraje que se quiere proteger. Pero, desgraciadamente, en la isla, existen personas con “mala uva” que solo les guía la ira y la envida, para frenar el buen desarrollo de nuestra viticultura. Son ya quince años, que se dice pronto, esperando que se ponga en práctica las imprescindibles modificaciones y, en ese periodo las dificultades y las incertidumbres han prevalecidos, en contra de la razón. Los detractores quizás desconozcan que durante 300 años la vid y el vino jugaron un papel fundamental en la economía de la isla. El mismo William Shakespeare, escribió en su obra “Enrique IV”. “El malvasía canario alegra los sentidos y perfuma la sangre”. El propio presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, ha denunciado, públicamente, el empeño de determinados medios de comunicación de “intoxicar, tergiversar y desinformar, con campañas mediáticas malintencionadas, por la decisión de revisar y complementar el vigente Plan Especial de La Geria, con el fin de atender algunas demandas municipales y vecinales. También la revisión servirá para evitar demandas judiciales”.

 

Similar polémica se ha suscitado con la Ley del Suelo o del Territorio que es clave para resolver múltiples problemas para el sector primario. Su trascendencia está fuera de duda y el Gobierno de Canarias, presidido por Fernando Clavijo, está convencido de que las líneas de acción detractora, emprendidas por algunos sectores, no impedirán su puesta en marcha. La Ley, buque bandera del ejecutivo canario, tiene todos los ingredientes positivos para relanzar a las islas hacia un modelo sostenible, pero solucionando todos los hándicap que, incomprensiblemente, hoy tienen que padecer los agricultores y viticultores, por normas obsoletas y caducas. Por otra parte, el instrumento jurídico también incidirá notablemente en el nuevo modelo de desarrollo económico y social de Canarias, porque se logrará mayor seguridad jurídica para potenciales inversores y por, contrapartida creación de puestos de trabajo. La ley no clasificará más suelo turístico ni tendrá ninguna incidencia en los espacios protegidos. Sencillamente pretende erradicar la maraña normativa, con muchas contradicciones, que solo crea parálisis y miseria.

 

La pesca es todavía un problema abierto. Precisamente el próximo 14 de noviembre se cumplirán 41 años del Acuerdo Tripartito de Madrid, que supuso la “descolonización” encubierta del Sáhara Español y, con ello, la pérdida del rico banco pesquero canario-africano. Porque la Declaración de Principios, en materia de pesca, sobre todo para Canarias, con el paso del tiempo, se convirtió en puro papel mojado. Antes de la cesión del territorio, Arrecife era el primer puerto de sardinas de toda España y contaba con cinco conserveras y una fábrica de harina de pescado. Hoy la pesca es un sector residual. Mantener buenas relaciones con el Reino de Marruecos y estrechar lazos de cooperación, quizás sea la única manera de “reflotar” un sector olvidado.

 

El sector primario es aún una asignatura pendiente y se necesita un frente común para resolver sus graves problemas. Como dijo el filósofo Sófocles: “El cielo nunca ayuda a quien no actúa”.

Comentarios (1)