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¿Cómo debería ser la Arrecife ideal?

 

Ambiciosa, equilibrada, colaborativa, moderna y respetuosa pero sobre todo la capital de la isla debe ser una ciudad en la que convivan residentes y turistas, comercios y administración, retroalimentándose y enriqueciéndose

 

  • Lancelot Digital
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    Y, ¿cómo debería ser Arrecife? Blanca Fajardo está convencida de que debería ser una “ciudad orgullosa, merecedora de un análisis generoso y ambiciosa. Que ponga en valor su condición de capital insular, sin miedo a implantar un nuevo modelo de ciudad a través de su planeamiento, sin miedo a enfrentarse a los retos con las soluciones que el urbanismo le ofrece. Para ello, es precisa la aprobación de un nuevo planeamiento y la gestión activa y eficaz de este. Arrecife debe ser una ciudad que asuma y potencie la energía de cambio pero transmite sin dejar de mirar a su pasado; con respeto pero sin nostalgia”, y concluye. “En una isla que ha querido respetar su paisaje natural, la ciudad no ha sido siempre bien entendida. El paisaje urbano es el medio en que se desarrolla la vida de la mayoría de los habitantes y, por tanto, su análisis y la intervención en él son prioritarios.

     

    Para Luis Díaz Feria, el reto de Arrecife es “proyectar el perfeccionamiento de una conurbación que ya funciona como realidad urbana capitalina, como capital de facto, a lo largo de 25 kilómetros de costa, desde Puerto del Carmen hasta Costa Teguise. Para la dignificación de lo que entendemos como casco urbano de Arrecife, este es un desafío urgente a cinco o diez años vista que implica una revisión del modelo de reparto administrativo del territorio insular”, señala. “En cuanto al futuro del Arrecife histórico, con todos sus barrios incluidos, diría que Arrecife debe ser exactamente como ya es hoy, potenciando sus vacíos urbanos y colmatando el suelo disponible al ritmo que precise la vida de la ciudad”, afirma, señalando que espera que nunca se transforme en un simulacro de ciudad para el consumo turístico. “Arrecife es una de las poblaciones con más personalidad y alma de las que históricamente definen Lanzarote. Necesita ser leída y escuchada con afecto”.

     

    A Carlos Morales en cambio le gustaría ver “un Arrecife moderno y adelantado a su tiempo, con soluciones atrevidas e ingeniosas a sus desafíos, que cuide al ciudadano y construya una ciudad vivible en todos los sentidos, una ciudad ambiciosa en sus planteamientos, y soluciones una ciudad con un modelo innovador de movimiento de personas, un modelo innovador energético, un modelo innovador de gestión de sus recursos, un modelo innovador de áreas de disfrute de ciudadano y un modelo innovador de infraestructuras deportivas”.

     

    Una ciudad consciente de que lo es

     

    Para Martín Martín la clave es que “Arrecife debe ser una ciudad, no otro pueblo más de Lanzarote. Debería de disponer de un sistema de espacios públicos en cantidad y calidad suficiente. En este sentido deberían disponer de espacios de sombra para que se puedan utilizar, espacios con vegetación, donde se pueda caminar de forma segura, bien iluminados. Todos los edificios deberían tener sus medianeras enfoscadas por salubridad”, explica. “Y, dada su pequeña escala, se debería poder visitar andando para lo cual se debe dotar a las zonas del peatón, no sólo de mayor claridad en su recorrido sino de mayor accesibilidad, lógicamente en detrimento de la libre circulación del vehículo”.

     

    Capagrosso considera que el equilibrio está en el término medio. “La capital de Lanzarote debería ser una ciudad en la que puedan coexistir residentes y turistas, comercios y administración, retroalimentando y enriqueciéndose unos a otros; contamos con la gran ventaja de no tener el problema de masividad turística que resulta una amenaza para tantas grandes ciudades europeas. El “turismo colaborativo” llego para quedarse, intentar frenarlo sería como ponerle puertas al campo. Aunque no a cualquier precio y campando a sus anchas sin control, ni regulación, ni seguridad, la capital de Lanzarote puede nutrirse de este ya que los turistas consumidores de esta modalidad apuestan por los negocios locales y la economía turística a pequeña escala”, apunta. Las exigencias de ocio y culturales de estos nuevos viajeros son mucho más leales a las tradiciones locales, lo que fomentara a rescatar y potenciar la identidad de la ciudad reflotando su rico y descuidado patrimonio.

     

     

     

     

    A cuestas con la Avenida

     

    La avenida, su cierre y el nuevo proyecto para su dinamización planteado por el Ayuntamiento es otra de las cuestiones relevantes a la hora de pensar en la Arrecife del futuro. Díaz Feria tiene claro que “la gestión de la avenida se ha convertido en un rosario de despropósitos que no tiene fin. Es un asunto que resulta controvertido para un importante sector de la población que se siente extrañada hacia este espacio singular tal y como se formula hoy”.

     

    Carlos Morales cree que “ha sido una decisión por parte del Ayuntamiento que, por sí sola, no ha funcionado como se esperaba, se ha conseguido regenerar una zona que se encontraba bastante deteriorada y se ha ganado una zona agradable para el paseo, otro tema es si esto ha aumentado la actividad de la zona, creo para esto último se han de implementar medidas paralelas y con un plan más amplio que tenga en cuenta todas las zonas y partes implicadas”.

     

    “Desde luego si no es la más correcta, con todas sus deficiencias, es la más que se acerca a la mejor solución para el ciudadano”, afirma Martín Martín. Sin embargo, cree que hay muchas cosas por hacer. “Hay que dotar esta zona con espacios de sombra; se debe reducir y confinar el espacio de asfalto porque tal y como está ahora mismo, invita e incita al vehículo a volver a adueñarse de él además de que absorbe tanta radiación solar que aumenta todavía más si cabe la temperatura en esta zona con la incomodidad para el viandante”.

     

    Genaro Capogrosso no cree que haya sido una mala medida, sino una medida mal ejecutada. “El problema está en cómo se llevó a cabo desde un principio y sobre todo en la falta de prevención de sus inevitables consecuencias. Empezando por la lejanía y la frialdad con la que fue tomada, teniendo en cuenta la evidente incomunicación y falta de negociación con los comerciantes de la zona afectada por las obras basándome en sus propios testimonios. Y principalmente en la falta de prevención de alternativas viales reales que reemplacen a la que cumplía dicha avenida”.

     

    El ciudadano debe decidir con su voto

     

    Díaz Feria se muestra tajante. “Creo que el debate sobre la reforma de la avenida está amortizado con suficientes opiniones, expresivas de todas las sensibilidades posibles. Es hora de que sea contrastado con el voto de los ciudadanos en las próximas elecciones locales”.

     

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