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El Consorcio del Agua recuerda la importancia de mantener limpios los aljibes


En Lanzarote se recomienda disponer de un aljibe o depósito de reserva de al menos 120 litros por persona y día, para cubrir un mínimo de cinco días

 


Lancelot Digital

 

La calidad del agua es básica en nuestra salud y para mantener ese binomio es imprescindible limpiar cada dos años los aljibes de nuestras casas. La limpieza deberá tener una función de desincrustación y desinfección, seguida de un aclarado con agua potable, utilizándose en todo caso productos autorizados.Ésta y otras recomendaciones son la que realiza el Consorcio del Agua de Lanzarote en una campaña informativa destinada a conseguir que la población tome conciencia de la importancia de mantener limpios los aljibes.

 

En este sentido, el propio presidente del órgano, Pedro San Ginés, recordó que "una vez dentro de las viviendas (tras la acometida y la llave de paso), la responsabilidad de mantener la calidad del agua de consumo y de mantener la instalación interior (tuberías, depósitos, conexiones y aparatos instalados) es de los propietarios de las casas o locales".

 

En Lanzarote, los aljibes se llevan utilizando desde hace mucho tiempo, y se justifican por la necesidad de los usuarios de disponer de un almacenamiento propio que permita complementar la red pública de distribución de agua lo que hace posible mantener unas determinadas condiciones de servicio, ya sea en cuanto a continuidad (o suficiencia) del suministro o en cuanto al nivel de presión en la misma.

 

Según recoge el 'Reglamento del servicio de abastecimiento de agua potable y saneamiento de la Isla de Lanzarote' en su artículo 8 'Obligaciones del abonado', apartado k se especifica que los abonados deben “disponer de un depósito de reserva de, al menos 120 litros por persona y día, por cinco días, en el caso del consumo doméstico, y de 250 litros por persona y día, por cinco días, en el caso del consumo turístico-residencial”.

 

Es importante mantener nuestros depósitos en buen estado principalmente porque a través del agua se pueden transmitir diversas enfermedades, por eso es muy importante que el agua que consumimos o utilizamos en la preparación de nuestros alimentos sea potable. Como la contaminación del agua no siempre se nota a simple vista o por el sabor, es necesario desinfectar los sistemas de distribución y almacenamiento del agua.

 


Depósitos de agua de consumo humano

 

Entre las recomendaciones a tener en cuenta para el buen y correcto mantenimiento de los aljibes domésticos, destacan la importancia de limpiar a fondo las paredes del depósito, eliminando incrustaciones, comprobando la no existencia de fisuras o grietas y realizando las reparaciones necesarias. Asimismo, se recomienda frotar las superficies interiores del depósito con hipoclorito o lejía apta para la desinfección del agua de consumo humano. En el caso de que se utilicen otros productos desinfectantes, éstos deben cumplir las exigencias establecidas para las sustancias para tratamiento de potabilización del agua de consumo humanos. En estos casos, es fundamental aclarar con agua apta para el consumo humano.

 


Depósitos y aljibes de instalaciones interiores

 

En los aljibes o depósitos de instalaciones interiores ubicados en viviendas particulares o en edificios dedicados al uso exclusivo en vivienda el cuidado y mantenimiento también son esenciales. En este sentido, se aplicará el mismo procedimiento anterior.

 

Para las instalaciones ubicadas en el interior o exterior de edificios de uso colectivo, instalaciones industriales o medios de transporte, se establecen los criterios sanitarios para la prevención y control de la legionelosis. Para ello es preciso clorar el depósito con 20-30 mg/L de cloro libre residual, a una temperatura no superior a 30ºC y a un pH entre 7 y 8, haciendo llegar a todos los puntos terminales de la red una concentración de 1 a 2 mg/L, y mantener durante 3 horas para los 20 mg/L ó 2 horas en el caso de los 30 mg/L. Como alternativa, se puede utilizar una concentración entre 4 y 5 mg/L en el depósito, durante 12 horas; Neutralizar la cantidad de cloro residual libre y vaciar; Limpiar a fondo las paredes del depósito, eliminando incrustaciones y realizando las reparaciones necesarias; Aclarar con agua limpia y desinfectada y volver a llenar con agua y restablecer las condiciones de uso normales. La concentración de cloro libre residual no debe ser superior a 1 mg/L, ni inferior a 0,2 mg/L.

 

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