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La Harinera Lanzaroteña podría beneficiarse de un reparto más justo de las ayudas del REA

El objetivo final de la propuesta presentada por el Cabildo al Gobierno de Canarias no es otro que abaratar la cesta de la compra y proteger el tejido productivo de las islas no capitalinas

 

Lancelot Digital

 

La Harinera Lanzaroteña podría beneficiarse por primera vez  de un reparto más justo de las ayudas del REA si el Gobierno de Canarias llega a aprobar el acuerdo institucional presentado por todos los portavoces de los grupos políticos en el último Pleno del Cabildo. Este acuerdo solicitaba una mejor regulación de los criterios del reparto de ayudas europeas del REA en las islas no capitalinas, mucho más alejadas y penalizadas por la doble insularidad.

 

Esta podría ser una muy buena noticia para la Harinera Lanzaroteña, que viene denunciando desde hace años la ilegalidad por la acumulación de ayudas que reciben empresas de las islas capitalinas y la competencia desleal que éstas hacen a empresas de las islas menos pobladas por el "injusto" reparto de las mismas.

 

Entre otras cosas, Harinera Lanzaroteña ha venido quejándose de que empresas de estas islas no tuvieran que pagar por transportar su harina a Lanzarote a pesar de existir una empresa harinera en la isla, mientras ellos sí tenían que costear el viaje de su mercancía a estas islas.

 

Así, a Harinera Lanzaroteña le era imposible competir en precios e, incluso, llegó a amenazar con cerrar su fábrica y trasladarse a Gran Canaria si se continuaba con esta práctica.

 

Si el Gobierno de Canarias aprueba finalmente la petición del Cabildo de Lanzarote, la situación de la histórica empresa lanzaroteña mejoraría notablemente. Desde la primera Corporación, se señalaba la necesidad de establecer esta ayuda europea por tonelada y también un tipo de exención fiscal de derechos de aduana sobre las importaciones, para garantizar el abastecimiento de productos e insumos agrícolas y contribuir de esta manera a paliar los sobrecostes asociados a la lejanía, la insularidad y el carácter ultraperiférico de regiones como Canarias, especialmente en el caso de las islas periféricas. El acuerdo pone en cuestión, en caso de no aprobarlo, la viabilidad de industrias locales como son las harineras implantadas en Lanzarote, Fuerteventura y La Palma.

 

El objetivo final de la propuesta no es otro que abaratar la cesta de la compra y proteger el tejido productivo (agrícola, ganadero y alimentario) en base a las singularidades de las islas y a la lejanía del territorio continental.

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